Bruno De Alto trabaja en el Centro de Micro y Nano Electrónica del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Crítico del modelo que se quiere implementar desde el actual gobierno, reconoce sin embargo que “en la actual gestión hubo cosas interesantes, porque se trabajó en la mejorar procesos internos y se empezó a hacerlo en la certificación de una norma de gestión de la innovación, en vigilancia tecnológica y en el manejo de la propiedad intelectual”. Incluso admite que se adecuó a las nuevas directivas “con gusto, porque en ese sentido eran interesantes”

Sin embargo, la cuestión debe verse en forma sistémica, señala el autor de” Tozuda Industria Nacional”.

-Nuestro mercado tradicional son las pymes, porque las multinacionales traen la tecnología de afuera y el Estado con sus empresas no es tractora de tecnología como lo fue en su momento Segba, YPF o Aerolíneas. No hay una propuesta industrial a partir de los grandes grupos nacionales para definir las líneas de investigación. Las pymes no tienen capacidad para hacer ciencia y tecnología entonces se asociaban y así se estaba trabajando. Eso, sumados a demandas de los municipios, problemas urbanos, son nuestra cartera de temas.

-Pero las pymes están en picada.

-Hay un contexto de desindustrialización, de retraso de la actividad productiva nacional y achicamiento de los presupuestos. Y es entonces que viene el planteo de este gobierno de reestructurar el Instituto

-¿Cuáles son los ejes de ese planteo?

-Hay tres líneas de trabajo en el INTI. Una es la homologación, certificación y controles que tienen por obligación que hacer los privados. Eso tiene un arancelamiento y es una caja. Eso requiere infraestructura y capacidad técnica. Hay también líneas de servicios para la industria, consulta técnica, resolución de problemas, demanda de tecnología. Y una tercera pata que estaba creciendo que es I+D, Investigación y Desarrollo, que es nueva. En algunos casos no están pedidas por nadie pero se visualiza que hace falta y se ponen en marcha. Son temas que se desarrollan con recursos del estado y con algunos socios privados pero básicamente pensando a futuro. Bajo un mismo techo, estas tres líneas tienen la posibilidad de retroalimentarse. El proyecto del gobierno es dividir eso.

-¿De qué manera?

-En relación con los controles se piensa en privatizar, porque tiene una recaudación, que alimenta la investigación. La resolución de los problemas tecnológicos se frena porque las pymes están en crisis. Y la I+D aparece con toda la parafernalia de Tecnalia, lo cual es humo porque como dije, va a estar desfinanciado internamente. Externamente se está desfinanciando el Ministerio de Ciencia y Tecnología y solamente habría investigación en la medida en que haya demandas del mercado, porque no existen ángeles inversores salvo que algo sea negocio.

-Lo que desfinancia otras problemáticas afines a la tarea del INTI.

-Problemas endémicos que solo puedan ser sostenidos por investigación del Estado van a quedar huérfanos. A esto lo venden como una modernización, con socios europeos, financistas, toda la estética de lo neoliberal. Pero eso no tiene encarnadura si no hay, como indica la experiencia internacional, financiamiento duro del estado. Esto es un bluf, va a tener pinta y temo que van a quedar compañeros entrampados en esa lógica y se van a frustrar, porque les va a faltar posibilidad de financiamiento y estarán obligados a hacer cosas que no son las que necesita el país. Porque además la agenda está alineada con la europea, son los negocios que Europa necesita para la alianza con Mercosur. Nosotros vamos a poder investigar cuestiones ligadas a esas exportaciones que se arreglen con Europa aislándonos de otros problemas que son propios, como los regionales, y además estarán elegidos por otros mecanismos que no son los propios. Esta división tiene como consecuencia que se abandona a la pyme, los controles que son obligatorios se desregulan y se perdería la seriedad en algunos casos. No sabemos qué va a pasar con controles vitales ligados a la salud o la seguridad.