El Gobierno de la República Popular China difundió su primer libro blanco sobre lineamientos de sus actividades en la Antártida, reafirmando así su creciente interés estratégico por el continente blanco, manifestado a lo largo de las últimas décadas.

Repasando la historia, en 1983 China adhirió al Tratado Antártico de 1959. Dos años más tarde, se convirtió en miembro consultivo del Tratado y envió su primera expedición antártica, tras la cual estableció su primera estación permanente. En la actualidad, China posee cuatro estaciones permanentes: Changcheng, Zhongshan, Taishan y Kunlun, habiendo enviado hasta la fecha un total de 33 expediciones.

China ya proyecta una quinta estación, que estaría situada en la zona del Mar de Ross y cuya construcción comenzaría en 2018. Además, la potencia asiática concluyó los estudios para establecer su primer base aérea en la Antártida, proyectada para ser realizada hacia fines de este año, junto a nuevas rutas terrestres para mejorar la comunicación de sus bases. Sin especificar fechas, también se anunció que se establecerán nuevos instrumentos de medición científica.

La difusión del flamante libro blanco se dio en la previa de la 40° Reunión Consultiva del Tratado Antártico, recientemente celebrada en Beijing. Los principales tópicos que allí se debatieron fueron el impacto del cambio climático en la Antártida y los crecientes flujos turísticos, como así también los mecanismos para la protección y administración de las diversas regiones antárticas.

Cabe destacar que, más allá de los aspectos geoestratégicos, el turismo ha adquirido especial relevancia para China, ya que son cada vez más los chinos que se sienten atraídos por la Antártida como destino “exótico” para visitar. Una incipiente industria de promoción de estos viajes está surgiendo en China, con enorme potencial económico. Argentina podría sacar gran provecho de ello, debido a su favorable ubicación y el flamante reimpulso que se la ha dado al tema en la agenda bilateral con China. De hecho, ambas delegaciones firmaron en Beijing un convenio de cooperación en materia antártica.

En definitiva, por diversas razones crece el interés del gobierno chino y de los chinos por la Antártida, como lo demuestra la reciente difusión del primer libro blanco junto a significativos anuncios, sumado a la novedosa cuestión del turismo.

Se trata de un tema a seguir con mucha atención por parte de las autoridades argentinas, habida cuenta de nuestra extensa trayectoria e intereses en la Antártida. Somos uno de los 12 países fundadores del Tratado Antártico e históricamente hemos tenido importante presencia y protagonismo en dicho continente, con destacadas expediciones científicas y humanitarias.

En este contexto, resulta alentador que el rompehielos ARA Almirante Irízar haya vuelto a navegar el mes pasado. No obstante, aún hay mucho por invertir y por hacer para potenciar nuestra presencia antártica, al tiempo que no está claro si el tema está entre las prioridades del nuevo gobierno. Hoy estamos muy lejos de mínimamente equiparar lo que vienen haciendo en la Antártida otros países como China, Estados Unidos, Rusia o Chile, vecino que quizás podría servir como nuestro mejor espejo para mejorar en esta materia.