El empresario Marcelo Mindlin, titular de Pampa Energía y actual propietario de IECSA, la empresa históricamente vinculada con la familia Macri, negó que los ex funcionarios kirchneristas Julio De Vido y Roberto Baratta le hubiera sugerido algún “pago indebido” de sobornos, tal como sí reconocieron otros hombres de negocios en la causa por la fotocopia de los cuadernos.

Mindlin reconoció haberse reunido con De Vido y Baratta pero por “cuestiones funcionales”, relacionadas con las sucesivas “crisis energéticas” que atravesó la Argentina durante la década pasada.

“No había motivo para que me pidieran dinero porque no tenía de dónde sacarlo”, resumió un testigo presencial de la declaración indagatoria que prestó esta mañana Mindlin ante el juzgado federal a cargo de Claudio Bonadio, atribuyéndole la frase al empresario.  En esos años, explicó, “las empresas de energía estaban muy mal económicamente”. Además, el rubro empresario de Pampa Energía estaba relacionado con el sector eléctrico y las supuestas coimas provenían de firmas que presuntamente cartelizaban la adjudicación y el reparto de obra pública.

Mediante un escrito entregado este miércoles ante el tribunal, Mindlin subrayó que en el sector eléctrico estaba subsidiado el consumo, mas no la generación ni la distribución.

El empresario relacionado por vía indirecta con la familia Macri insistió en que “nunca” le fue sugerido un “pago indebido”, y de hecho sostuvo que jamás lo efectuó, es decir negó haber desembolsado sobornos, ya fuera como aporte a las campañas electorales del oficialismos de entonces, ya fuera para el enriquecimiento ilícito de funcionarios.

Su convocatoria a prestar declaración como acusado en la causa de las fotocopias de los cuadernos obedeció, en esencia, al contenido de uno de los cuadernos del chofer Oscar Centeno, que consignó haber estado en las cocheras del edificio en el que tiene sus oficinas la empresa de Mindlin en 2009. El empresario reconoció que la firma funcionaba en ese edificio,  pero no en el piso consignado por Centeno, ni tampoco poseía dominio de las cocheras donde supuestamente aguardó el chofer a que bajaran bolsos repletos de dinero.

“La cochera de la que habla se refiere a otro piso, diferente de las oficinas que él ocupa en el mismo edificio”, resumieron las fuentes.  “Debe haber una equivocación”, reflexionó Mindlin, después de negar haber conocido a Centeno.