Tras el acuerdo legislativo por el paquete de cargos, el gobernador Axel Kicillof va ahora por otro consenso con la oposición en un tema sensible: la reforma de la Policía Bonaerense. Esta semana envió al Senado provincial el proyecto para modificar el régimen laboral policial con el foco puesto en la formación permanente –con perspectiva de género y Derechos Humanos– pero también con cambios en los ascensos, las sanciones y las licencias de los 93 mil agentes que integran la fuerza.

En los fundamentos del texto que ingresó a la Cámara Alta, el Ejecutivo explica que el propósito de la reforma integral de la Ley 13.982 es «contar con una fuerza policial moderna, profesional, con capacitación permanente, orientada al respecto de las leyes y los derechos humanos».

El proyecto de ley fue elaborado por el equipo del ministro de Seguridad, Sergio Berni, a pedido de Kicillof, y tiene como objetivos centrales «mejorar los criterios de ingreso a la fuerza, evitar la discrecionalidad en los ascensos, fortalecer el perfil profesional, generar certeza y previsibilidad en la carrera policial y ampliar derechos».

La formación «gratuita y permanente» es uno de los principales cambios que introduce la reforma. En la actualidad, los que ingresan a la fuerza deben realizar un curso de nueve meses de formación más tres meses de práctica en el Operativo Sol: eso seguirá igual. Lo que cambiará son los requisitos para ascender en la carrera policial ya que se exigirá tener una tecnicatura, un título de grado e incluso de posgrado.

Si se aprueba la ley, para ser comisario general y comisario mayor, por ejemplo, se deberá contar con una carrera de grado y con un posgrado vinculados a la función policial, ya sea en el Instituto Universitario Policial Provincial «Juan Vucetich» o en otra institución. En tanto, para ascender a comisario inspector, comisario y subcomisario, los policías deberán contar con una carrera de grado; mientras que para ser promovidos a suboficial mayor o suboficial principal deberán tener una tecnicatura universitaria. De todos modos, habrá un período de gracia de entre diez y 15 años para la entrada en vigencia de estas cláusulas.

«Tenemos que lograr que la policía trabaje de la misma manera en toda la provincia, que tenga una doctrina de trabajo policial profesional, que tenga los mismos estándares», explica a Tiempo Javier Alonso, subsecretario de Formación y Desarrollo Profesional del Ministerio de Seguridad. «Se trata de que tengan una formación que los prepare para toda su carrera, que será de 35 años aproximadamente, con una visión estratégica en la conducción», agrega.

Otro de los aspectos centrales del proyecto es el sistema de promociones, ya que cada agente deberá contar con la antigüedad exigida para acceder al siguiente grado y, además, solamente podrá tener un solo ascenso extraordinario en toda su carrera por «actos de servicio debidamente acreditados documentalmente». El objetivo es limitar la discrecionalidad política en los ascensos.

El proyecto de ley también incorpora licencias reconocidas a otros trabajadores del Estado provincial como, por ejemplo, las parentales, que rigen desde febrero y que agregan 45 días para el cuidado del recién nacido a los 90 días que ya existen en el caso de la madre, y extiende de tres a 15 los días para el padre. También podrán tener licencias por violencia de género y por estrés postraumático derivado del acto de servicio.

Por último, la reforma suma más situaciones que pueden ser motivo de retiro obligatorio de la fuerza, como desaprobar los cursos obligatorios dos veces consecutivas para un mismo grado, al tiempo que extiende las compensaciones salariales que recibe el Grupo Halcón a otros grupos de operaciones tácticas y reconoce suplementos que mejoran la situación del personal. «