Darío Martínez, diputado del Partido Justicialista neuquino, integrante del Frente de Todos en la Cámara Baja, asegura que en el Congreso Nacional los próximos debates se darán tema por tema. Sostiene que la ley de hidrocarburos (que plantea beneficios impositivos para quienes inviertan en Vaca Muerta) es uno de los ejes que podrían marcar a fuego el año parlamentario.

Respecto del debate por las jubilaciones de privilegio, apuesta a que habrá consenso en todo el arco político para modificar los regímenes de diplomáticos y judiciales.

Martínez destacó la capacidad del jefe de la bancada de Diputados, Máximo Kirchner, para conducir el populoso bloque del FdT en un marco de diálogo permanente con los representantes de cada una de las regiones del país.

–La dificultad para construir mayoría que se vio en la Cámara de Diputados durante el debate de la Ley de Solidaridad Social, ¿será la moneda corriente cada vez que el Ejecutivo mande un proyecto?

–Yo creo que va a ser un Parlamento en el que se va a discutir tema por tema. Nosotros, y sucedió con la Ley de Solidaridad Social, hablamos con todo el mundo. Recibimos y escuchamos a cada uno de los que tenían un aporte para hacer y que entendían la idea de Alberto sobre la necesidad de ayudar a los que más lo necesitan. Hablamos con todos los sectores que quisieron hacer una propuesta. Eso fue una buena gimnasia y es la manera en la que vamos a trabajar.

–La derogación de las jubilaciones de privilegio será uno de los primeros debates del año. ¿Cree que habrá unanimidad para modificar los regímenes especiales?

–En principio, lo que hay que decir es que en medio del debate por la anterior decidimos separar la discusión. Entendíamos que ese artículo nos entorpecía el tratamiento de la norma y por eso separamos la discusión. Hay distintos regímenes especiales, como el de los docentes, el de los petroleros o el de los albañiles. Sea por la tarea o por aportes diferenciados tienen un régimen distinto, eso va a continuar.  Pero hay otras que son de privilegio, como las de los diplomáticos o los jueces, y en este caso creo que todo el arco político va a estar de acuerdo con que eso no puede continuar.

–Y en caso de la nueva ley de movilidad, ¿cómo será la discusión?

–El gobierno pidió seis meses. Si nosotros en seis meses no podemos llegar a un acuerdo por la nueva fórmula que mejore la situación de los jubilados, la movilidad quedará como estaba. Tenemos que hacer un cálculo bueno para los jubilados porque, entre otras cosas, son un multiplicador de la economía. Por ejemplo, los jubilados que cobran la mínima, que son el 68%, gastan todo su ingreso.

–¿La Reforma Judicial será el debate más complejo?

–No creo, pero sí entiendo que hay que modificar muchas cosas en ese tema. Durante los últimos años el Poder Judicial estuvo más pendiente de lo electoral que de hacer justicia. Hay que terminar con la intromisión de un poder sobre otro. Hay que terminar con la judicialización de la política. Más allá de todo, lo cierto es que la Justicia tiene muchas falencias. Igualmente, el tema más duro va a ser el Presupuesto. Siempre lo es porque es la ley de leyes y porque pone decisión política a la asignación de partidas.

–¿Será 2020 el año de una nueva ley de hidrocarburos?

–Es necesario que Argentina se dé una política energética a largo plazo. Hay que abandonar la permanente improvisación como fue durante el gobierno de Macri para sentar las bases de un sector que necesita hacer sus inversiones a mediano o largo plazo. Tenemos que hacer una ecuación que les sirva a los inversores y a la industria. Esas reglas deben permanecer gobierne quien gobierne. Hay que separar la discusión electoral de la discusión por este tema.

–El Frente de Todos conformó en Diputados un megabloque de 120 escaños en el que conviven matices y sellos diferentes. ¿Cómo se manejan las tensiones?

–Máximo Kirchner (presidente del bloque) lo viene llevando muy bien. Lo planteamos más por regiones que por sectores. Dentro del espacio las posturas se ven más por regiones que por sectores políticos. La construcción de acuerdos, los debates y las posturas van a obedecer a posturas que tengan que ver con la defensa de los intereses de cada región, más que con la defensa de un espacio político que quedó integrado al bloque. Creo que está a la vista que Alberto (Fernández) y Máximo (Kirchner) han dado muestras de que tienen capacidad para sentarse con todos y para dialogar.

–Se cumplió un mes de la asunción de Alberto Fernández. ¿Cuál es el balance de estos primeros 30 días?

–Las medidas tuvieron que ver con rescatar a los que peor la estaban, pasando en todas y cada una de las regiones, más allá de encender la economía en general. Y en este proceso, más allá de que, por ejemplo, Río Negro y Neuquén estén gobernadas por partidos políticos provinciales, yo creo que se van a sumar a la intención del gobierno de poner de pie a la Argentina. Si le va bien al país, le va bien a la provincia. No hay mejor forma. En ese marco y teniendo en cuenta los antecedentes del Movimiento Popular Neuquino (MPN), que siempre termina cerca del oficialismo nacional, no creo que tarde en sumarse.  «