Monseñor Aguer se despacha bamboleando sus polleras y critica y condena una película fantástica de AMOR HOMOSEXUAL.La película es Llámame por tu nombre. Hermosa película.

Mi duda es qué autoridad puede tener un señor que pertenece a una institución obsoleta, represiva, poderosa, manipuladora e hipócrita como la Iglesia para criticar una película.

Aguer, querido, que se sepa, no podés casarte ni tener amantes -se supone-, ni criar hijos como para ponerte a criticar mundos que no conocés. Es mucho más “sano” ser maricón y revolcarse con otro hombre que ser cura pedófilo o vivir reprimiendo algo tan natural como la sexualidad.

Solo saben Dios y vos qué sentirás realmente debajo de tus polleras.

*Escritora y performer.