En medio de cruces varios entre el oficialismo, el kirchnerismo, el massismo y la izquierda, la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados avanza en un dictamen para llevar al recinto el pedido de expulsión de Julio De Vido, investigado por la Justicia. Ante este escenario, la firma del dictamen se pospuso para el martes de la semana que viene, cuando podría ser sometido a votación el miércoles en una votación especial.

Poco antes de mediodía, la Comisión de Asuntos Constitucionales,  presidida por el Diputado del PRO, Pablo Tonelli, comenzó la reunión que tuvo su primer cruce cuando el titular del cuerpo aseguró que el ex ministro Julio De Vido había sido invitado.

La contestación del Bloque del FpV no se hizo esperar, no sólo aseguró que no había sido invitado sino que hizo leer un texto enviado por De Vido en el cual se subrayaba la intencionalidad política del pedio de expulsión.

En el texto De Vido explicó: «Lo que mis pares invocan y las razones por las que pretenden eventualmente removerme y eventualmente juzgarme, sin ningún encuadre legal o estatutario, son cuestiones que se debaten en sede judicial, que no son sobrevinientes en modo alguno y que se corresponden con mi función anterior como Ministro de Planificación Federal Inversión Pública y Servicios”.

En la misma misiva De Vido agregó: “En ese marco quiero señalar que nunca he sido condenado por delito alguno”. En su texto De Vido también aprovechó para disparar munición gruesa sobre Cambiemos. “La peor de las imputaciones que me hace la justicia es ridícula al lado de los Panamá Papers; del escándalo del Correo; del Blanqueo de capitales abarcativo a los familiares de los funcionarios; Fly Bondi, Avianca”, sostuvo y añadió: “Muchos de los legisladores que hoy piden mi inhabilitación o desafuero son los que han roto el contrato electoral con sus electores ya que han sido votantes de las leyes de pago a los Fondos Buitres; del Blanqueo escandaloso o han hecho la “vista gorda” ante el escándalo del Correo ; de los cambios en la ley de ART en contra de los trabajadores”.

La legisladora de Cambiemos Elisa Carrió hizo caso omiso de lo planteado por el FpV y a su turno, con un discurso con fundamentos políticos, pidió avanzar con la expulsión y explicó que debido a la jurisprudencia y los antecedentes el único camino para sacar a De Vido de su banca es a través de la expulsión como sanción disciplinaria.

Carrió señaló que ante un escándalo público de un diputado, hay un juicio público, y en este caso sostuvo que “el escándalo moral” que involucra a De Vido “ante 51 muertes” por la tragedia de Once. “No pedí (su apartamiento) por la asociación ilícita; no estamos tratando las causas criminales”, aclaró.

A su turno, la neo massista Margarita Stolbizer fustigó al oficialismo por el aprovechamiento político del caso en debate y no anticipó, de manera clara su posición. Pidió atender “la excepcionalidad” de esa discusión, por cuanto no quería que “se utilice esto como un precedente” en el futuro. “Las situaciones son estrictamente únicas, y las sanciones son estrictamente personales frente a una determinada situación personal”.

Aclaró que “no se trata de una sanción penal, y por lo tanto tampoco creo que las razones sean los procesamientos que tiene el señor De Vido”. Dijo no compartir tampoco la inhabilidad moral para ese caso y se preguntó si no debería haberse considerado su caso al momento de evaluar la Cámara su ingreso al cuerpo.

“No comparto tampoco la idea de la aplicación del artículo 70, porque tiene una única finalidad, que es una decisión del cuerpo para poner a disposición de la Justicia; y en su caso el diputado ya está a disposición de la Justicia”, aclaró la diputada del GEN. Así las cosas, sostuvo que la exclusión del legislador era admitida por ella porque considera que la situación del legislador afecta a la Cámara, y que se imponía “una sanción de tipo política en un cuerpo político”.

Por su parte, el diputado el Frente de Izquierda, Pablo López, señaló que le intentó de expulsión de De Vido es un “operativo de distracción política ante el desastre de la economía y el ajuste contra el conjunto del pueblo argentino» y que «ahora se quiere poner en el centro de la agenda a la corrupción cuando este Gobierno es cómplice”.

Además, el diputado salteño afirmó: “La corrupción es un problema político. Ha beneficiado a los grupos empresarios para los cuales se gobierna, para la que se ha modificado la ART, para la cual se procede a desalojar PepsiCO”.

Luego apuntó contra Sergio Massa y contra Elisa Carrió. “Massa fue jefe de De Vido durante la presidencia de Cristina Kirchner, Carrió a acompaña este gobierno. Con qué moral ellos nos van decir a nosotros que tenemos que expulsar un diputado”, enfatizó López y agrgó: “Acá se quiere sentar un antecedente peligroso y, además, están armando un maniobra para distraer al pueblo argentino que está sufriendo la caída del salario, el desempleo y el cierre de fabricas”.

La primera voz disonante dentro de Cambiemos lo aportó Ricardo Alfonsín, quien señaló: «Todos los políticos le tememos a la opinión pública  pero yo le temo más a mi conciencia. Yo tanto como a la corrupción le temo a la violación a la constitución». Aclaró no tener definida su postura  y disparó contra su propio espacio: «Mi partido no es un regimiento donde se aceptan ordenes».

Mientras naufragaba por los mares de la ambiguedad el diputado radical sentenció que «el fin no justifica los medios», que «no podemos convertirnos en caníbales» y exhortó a su propio partido a respetar el imperio de la ley aunque no les convenga.

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