Una desinteligencia en la Justicia Federal beneficia a policías de la Ciudad sospechados de haber cometido excesos durante la represión en las inmediaciones del Congreso el pasado 18 de diciembre. Por un lado, el juez Sergio Torres, a contrarreloj, intenta identificar al hombre que esa tarde recibió en su rostro altas dosis de gas pimienta por parte de una turba de agentes, de los cuáles uno de ellos llegó a apalearlo. Por otro lado, el juez Marcelo Martínez De Giorgi, tiene en sus manos la denuncia de la víctima, Juan José Puchet, quien ni siquiera fue citado a declarar.

Tiempo Argentino fue el único medio que logró entrevistar a Puchet -ese hombre de 64 años, de Lavallol, licenciado en Relaciones Laborales y profesor del Plan Fines y de un secundario de adultos en Ingeniero Budge- quien se había convertido en uno de los circunstanciales protagonistas de la jornada luego de que se viralizara un video casero en el que se apreciaba cómo dos efectivos de la Policía de la Ciudad lo hostigaban.

“Empezó a funcionar el hidrante, de golpe la policía empezó a avanzar y, cuando la gente se dispersaba, yo me arrimé a la pared. En ese momento, a una señora, que había tenido la osadía de ofrecerle una rosa a un policía, le rociaron el spray irritante en la cara y cayó al lado mío, golpeada. La ayudé a levantarse y la acompañé hasta el Instituto Patria, donde había una posta sanitaria. Ahí me dieron un cuarto de limón y me colocaron unas gotas de vinagre en un pañuelo, por los gases. Entonces salgo, veo a la gente correr y vuelvo a pegarme a la pared. El resto es lo que se ve en el video. Me tiran gas, me golpean. Yo ya no podía ver nada», reconstruyó en esa oportunidad Puchet.

Casi un mes después de la multitudinaria movilización, el juez Torres –quien investiga tanto los desmanes de los manifestantes como los excesos de la policía- logró identificar al agente que le roció el rostro con gas pimienta y dio un bastonazo en la espalda. Se trata de Alfredo Martín Luna quien el viernes pasado fue indagado por el delito de abuso de autoridad. Fuentes judiciales indicaron a Tiempo que “Luna negó todos los hechos, sin embargo las pruebas en su contra son contundentes, desde Transparencia y Control Externo del Ministerio de Seguridad aportaron su nombre y otros compañeros de armas lo señalaron como el agresor”.

Este medio pudo saber que desde el Juzgado Federal 12, de Torres, buscarán constatar con pericias los golpes que recibió Puchet para poder imputarle a Luna también los delitos de lesiones agravadas.

Por su parte, la víctima contó que había denunciado, asesorado por los abogados de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, la violencia institucional que sufrió ese día. Incluso aportó el video que había trascendido en las redes sociales y se puso a disposición de la justicia. Tras el sorteo de rigor, la causa quedó en manos de Di Giorgi. El expediente no registró más avances. Lo curioso es que al mismo tiempo, su colega del Juzgado 12, intentaba dar por todos los medios con Puchet.

“Esta situación no es tan rara en nuestra justicia. No es tan extraño que el sistema judicial tenga estas falencias. La burocracia, los plazos y la feria no ayudan para nada”, sentenció otra fuente consultada.