El gobierno de Mauricio Macri tuvo una actitud muy oscilante durante sus primeros 22 meses. Estaba preocupado por preservar y aumentar su consenso electoral. Luego de lograr ese objetivo el 22 de octubre del año pasado pisó el acelerador.  

La fórmula aplicada por el oficialismo no reviste ninguna novedad. Autoritarismo político, en este caso con abuso de la prisión preventiva, y, por otro lado, ajuste estructural con transferencia de ingresos de los sectores populares al poder económico. Nada que no se haya visto en otros tiempos en Argentina. 

El esquema mostró que no es infalible. La oleada de detenciones no pudo distraer la atención de la reforma previsional. Las jornadas de protesta contra el recorte jubilatorio mostraron una masividad muy amplia. Entre otras cosas, fueron el emergente de una serie de valores culturales que son el principal escollo para el proyecto político de Macri. Son valores igualitaristas y favorables a la presencia del Estado muy transversales en la sociedad argentina, cruzan cómodamente la polarización política, contienen a los kirchneristas y a buena parte de los macristas. 

El sociólogo Carlos De Angelis, coordinador del Observatorio de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, suele medir en encuestas la relación de la sociedad con el Estado. 

El debate paritario que se viene, que el gobierno pretende congelar en un 15%, se enfrenta no sólo con la propia necesidad que sentirán los que viven de un salario sino con una de las creencia de fondo que mide De Angelis. En su último sondeo, entre otras cosas, preguntó: «Para que la Argentina progrese, ¿hay que bajar el costo laboral?». La respuesta fue contundente: el 75% se pronunció en contra y sólo el 12%, a favor. Este último número, en perspectiva, coincide con el caudal electoral que históricamente tuvo la derecha neoliberal conservadora, encarnada en partidos como la Ucedé.

Las barreras culturales no terminan ahí. Por ejemplo, respecto de la administración por parte del Estado de empresas estratégicas como Aerolíneas, YPF, y también de los fondos jubilatorios, el 66% está de acuerdo en que las maneje el sector público y sólo el 10%, en desacuerdo. El resto de los encuestados se ubica en una zona intermedia. 

Otra pregunta que puede resultar urticante para el actual oficialismo es sobre el cobro de impuestos. El 75% piensa que los empresarios deben pagar más impuestos y, de nuevo, sólo los 10 puntos de núcleo duro neoliberal-conservador piensa lo contrario. 

Los datos siguen: el 66% cree que el Estado debe regular la economía; el 45%, que debe subsidiar los servicios públicos, contra un 30% que piensa que no; y el 66% –atención con este dato– cree que hay que ayudar y proteger a la industria nacional, incluso si su producción es más cara que la importada. 

Luego de esta serie de datos, que algún entusiasta podría calificar como «victoria cultural» del ciclo nacional- popular, viene una pregunta inexorable: ¿por qué Macri preserva un alto nivel de imagen positiva y logró un buen resultado electoral? 

«El respaldo de los que acompañan al gobierno se basa más, todavía, en la esperanza y la expectativa que en los resultados –contestó De Angelis–. Hay que entender que una cosa es la forma en la que el núcleo duro de la oposición, que serán 30 puntos, caracteriza al gobierno y otra es cómo lo ve el resto de la sociedad. Todavía no lo ve tan definido respecto del rumbo. Además, el oficialismo utilizó muy bien el discurso del esfuerzo. Es algo que está muy metido en los valores de los sectores medios y otros también. Ganarse el pan con el sudor de la frente. Es bíblico. Todo ese discurso penetró mucho y se puso enfrente del otorgamiento de derechos universales del ciclo anterior». «Ahora bien –agregó el sociólogo–, lo que la sociedad espera es una fuerte reactivación de la economía. Esto no está ocurriendo y todo indica que no va a ocurrir. Por eso no es fácil predecir qué pasará en los próximos meses con el apoyo al oficialismo». «

Gobiernan para los más ricos

La encuestadora Analía Del Franco sostuvo que uno de los datos que aparece sostenidamente en sus encuestas respecto del gobierno es que un porcentaje muy amplio de la población, alrededor de 40 puntos, cree que Cambiemos gobierna para los ricos. «Sale siempre en primer lugar cuando damos distintas opciones de respuesta a la pregunta de para quién gobierna el actual oficialismo», señaló Del Franco 

«A esto hay que agregarle que el 60% piensa que el Estado tiene que intervenir en la economía. Por eso es que hay una discusión sobre una  aparente incoherencia entre el respaldo que recibió el gobierno en las elecciones y la  conciencia de que no se favorece a todos por igual.» 

«Respecto de las paritarias, nadie cree que no tiene que haber. Esto se ve con mucha claridad en los focus group.» 

«Lo que ha cambiado en la cabeza de mucha gente, sobre cuestiones que tienen que ver con el ciclo anterior, es que hay una idea de que deben reemplazarse los planes sociales, más allá de cuál sea la envergadura real de estos planes. La idea de volver a una cultura del esfuerzo entró.»