María Eugenia Vidal volvió a quedar esta semana en el centro de la escena política bonaerense a raíz del frustrado tratamiento del endeudamiento que pidió el gobernador Axel Kicillof a la Legislatura provincial para obtener fondos frescos en plena pandemia.

Después de negociar durante semanas y a horas de las sesiones en ambas cámaras, el bloque de diputados y senadores de Juntos por el Cambio se negó a tratar el proyecto de ley que envió Kicillof para tomar deuda por 500 millones de dólares con organismos multilaterales, para la realización de obras de agua, cloacas y rutas, y 28 mil millones de pesos destinados a pagar deudas con proveedores y emitir Letras del Tesoro. En el oficialismo acusaron a la exgobernadora de frustrar el acuerdo, poner palos en la rueda y querer «sacar rédito político» en el peor momento de la emergencia sanitaria por el coronavirus.

Desde que dejó el gobierno, Vidal mantiene un bajo perfil público –que la diferencia de otros dirigentes de su espacio, que critican abiertamente al oficialismo– pero se mantiene activa en privado. Encabeza charlas y reuniones por Zoom –como aquella en la que pidió a los militantes de Chubut que «salgan a buscar el voto»– y sigue de cerca la actividad en la Legislatura bonaerense, donde Juntos por el Cambio dispone del número para frenar el financiamiento pedido por el Frente de Todos, que necesita de los dos tercios de los votos. Ese es el capital que todavía atesora Vidal para erigirse en la jefa de la oposición a Kicillof.

El plantón del jueves repitió una situación que el gobierno bonaerense ya había vivido en diciembre y enero, con la discusión por la reforma impositiva, cuando la oposición terminó forzando, a último momento y con su mayoría en el Senado, cambios a favor de los puertos y las cableoperadoras que no estaban en los planes de Kicillof y que significaron una pérdida de 10 mil millones para las arcas bonaerenses. En ese momento, Vidal estaba de vacaciones en Europa, pero estaba al tanto de las negociaciones que lideraban su mano derecha, el exjefe de Gabinete Federico Salvai, y otros interlocutores, como el intendente de Vicente López, Jorge Macri.

«Hace 20 días que se está conversando. Cada vez que el gobierno de la Provincia hace una propuesta, acceden en las charlas a tratar la ley, pero como sucedió en enero, volvieron a correr el arco, e hicieron otra serie de pedidos inexplicables en este momento», explicó Teresa García, ministra de Gobierno de Kicillof, quien le apuntó directo a Vidal: «Claramente, ha habido una indicación para que no se vote».

Los legisladores de Juntos por el Cambio argumentaron el jueves que faltaba información, que no estaba claro a qué iba a destinarse la plata del nuevo financiamiento y aseguraron que no iban a votar «un cheque en blanco». También expresaron dudas respecto a cómo se reasignarán los fondos de créditos que venían de gestiones anteriores.

El eje de la discusión, no obstante, pasó por la devolución de los recursos que hasta ahora les giró la Provincia a los municipios para que afronten gastos de salud y también salarios en plena crisis económica por la pandemia. En estos meses, la Provincia asistió con 14 mil millones de pesos a las comunas. 4300 millones de ese total fueron otorgados como préstamos a tasa cero y deben ser devueltos a partir de este mes. El proyecto de ley extiende ese plazo a 18 meses, pero desde Juntos por el Cambio piden que directamente sean condonados. Por lo bajo, el reclamo es compartido por los jefes comunales del Frente de Todos.

La discusión de fondo que viene desde diciembre y que volvió a aflorar en este marco es la del reparto de cargos en organismos de control que por «uso y costumbre» le corresponden a la oposición, y que Vidal supo darle tanto al massismo como al grupo de intendentes liderado por Martín Insaurralde cuando era gobierno. Se trata de una veintena de lugares, arrancando por las sillas en el directorio del Banco Provincia que están vacantes, en Tesorería, en el Tribunal de Cuentas, en AUBASA y en otras empresas del Estado.

En diciembre, Kicillof se había negado a dar esa discusión, luego vino la pandemia y volvió a postergarse casi como en un acuerdo tácito.

El jueves, la oposición pidió reactivar el tema ,y el diálogo con el Frente de Todos se cortó. Ahora, el proyecto de endeudamiento será trabajado en comisiones, donde tendrán que volver a tejer un nuevo acuerdo.