El fiscal federal Carlos Stornelli evalúa pedir después de la feria judicial de invierno su sobreseimiento en la causa por «asociación ilícita» en la que faltó en seis oportunidades a sendos llamados a indagatoria. Lo hará sobre la base de la declaración del falso abogado Marcelo D’Alessio, quien ante un juez de Comodoro Py, Julián Ercolini, y en una causa promovida por el propio Stornelli, aseguró que el fiscal «jamás» le pidió que hiciera algo ilegal.

Tiempo anticipó en la semana la declaración de D’Alessio. «Quiero dejar en claro que el Dr. Carlos Stornelli jamás tuvo una conversación vinculada a una solicitud de datos, dineraria o de cualquier tipo de actitud espuria para conmigo, para que pida a terceras personas. Yo no conocía la situación de pareja del Dr. Stornelli, por ende quiero aclarar que el fiscal jamás me pidió unas migraciones e información referida al marido de su exmujer o del exmarido de su pareja actual. Stornelli en ninguna circunstancia, ni en su fiscalía, ni en Pinamar, ni por escrito, me solicitó –como vi en los medios– que realizara una cámara oculta a un abogado que yo no conozco ni él me conoce. Yo no me dedico a eso, todos los WhatsApp donde se menciona que le voy a poner droga a alguien nunca existieron».

El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, pidió una «amplia certificación» de la causa de Ercolini, en cuyo marco declaró D’Alessio. Es decir que ya sabe lo que declaró el falso abogado. ¿Por qué lo hizo en los tribunales porteños y no en Dolores? En la Capital Federal pidió declarar y estuvo horas ante el juez y la fiscal Alejandra Mangano. La última vez que estuvo ante Ramos Padilla le dijo que había entendido los alcances de la acusación en su contra y que prepararía un escrito explicando todo. Nunca lo hizo.

Stornelli cuenta con una herramienta trascendente para pedir que Ramos Padilla lo desvincule de su investigación. D’Alessio (y todo lo que emana de él) es el principal, sino el único, elemento que mete al fiscal en la «organización delictiva» –al decir del juez de Dolores– que se dedicaba al espionaje ilegal y la extorsión. Al declarar como imputado y al borde de la confesión, D’Alessio dijo que Stornelli no tuvo nada que ver y, más aun, apuntó a agentes de la AFI. En ese contexto, ¿se sostiene la acusación contra Stornelli? ¿Acaso D’Alessio (y alguien más) diseñó una estrategia para limpiar de la causa a Stornelli?

El falso abogado dijo que cuando el expolicía Ricardo Bogoliuk le encargó investigar al productor agropecuario Pedro Etchebest como tarea previa a ingresar a la Agencia Federal de Inteligencia le dijo que «tenía que mencionar personas que no conocía y otras que sí frecuentaba». En esa lista estaba Stornelli, junto con «la ministro Patricia Bullrich, la diputada Elisa Carrió y (Leonardo) Fariña, como primer listado».

También dio una versión diferente de la reunión que mantuvo con Stornelli en el balneario CR de Pinamar el verano pasado. D’Alessio aseguró que fue Etchebest quien prácticamente se coló en ese viaje, que poco menos que le suplicó que le permitiera acompañarlo porque atravesaba una crisis anímica y quería «caminar sobre la arena». ¿A qué iba D’Alessio a Pinamar? «A ver a un amigo, el representante de Polaris, para ver un UTV (un vehículo 4×4 de menor porte que una camioneta), pues en diciembre habían vendido con su esposa el cuatriciclo Yamaha. Además, iba a aprovechar para charlar tranquilo con Carlos Stornelli, porque quería mostrarle sus últimas investigaciones periodísticas», quedó registrado en el acta de la indagatoria.

Con Stornelli hablaron «sobre temas coyunturales de política nacional», afirmó D’Alessio. «Luego le saqué el tema que me preocupaba: el esquema de una low cost aeronáutica en particular y le comenté el alto nivel de incidentes que habían acaecido en un período de seis meses». La fiscal Mangano quiso saber «si el motivo de la reunión estuvo relacionado con alguna de las causas en las que el fiscal Stornelli se encuentra investigando». La respuesta fue «no». 

La versión descafeinada de la relación D’Alessio-Stornelli está cargando combustible para viajar a Dolores. En el derecho penal existe una modalidad para terminar con una causa que se llama «excepción por falta de acción». Si las razones que fundamentaron la investigación y la imputación desaparecen, entonces ya no hay «acción», deja de subsistir. Y el acusado puede pedir su sobreseimiento, o el juez disponerlo per se. Ese parece ser el próximo paso de Stornelli.

El fiscal intuye que Ramos Padilla no hará lugar a ese planteo. No es allí adonde apunta el eventual planteo sino a las instancias posteriores: la Cámara Federal de Mar del Plata y, especialmente, la Cámara Federal de Casación Penal. En este último tribunal fue apartado el juez Alejandro Slokar, recusado por la diputada Carrió. Acaso por esa vía el fiscal rebelde deje de ser no sólo rebelde sino, también, acusado de pertenecer a una asociación ilícita.  « 

El gobierno, en defensa de Santoro

El gobierno le pidió por escrito al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, explicaciones sobre el llamado a prestar declaración indagatoria al periodista Daniel Santoro.
Ramos Padilla respondió el pedido mediante una nota dirigida al director de Asuntos Jurídicos Internacionales en materia de Derechos Humanos, Ramiro Badía, de la Secretaría de Derechos Humanos.
«No se dictó en este proceso ninguna medida que pueda afectar la reserva de las fuentes de información. Sólo se dispuso una convocatoria a prestar declaración indagatoria a una persona que aparece involucrada en los hechos que son materia de investigación en una causa», contestó el juez. Y aclaró que ni a Santoro, ni a ningún otro periodista que declaró en el expediente, se le pidió que revelara sus fuentes. El gobierno invocó «el principio 8 de la declaración de principios sobre Libertad de Expresión de la CIDH que establece: todo comunicador social tienen derecho a la reserva de sus fuentes de información, apuntes y archivos personales y profesionales».