Los partidos que integran el Frente de Izquierda y de los Trabajadores-Unidad mostraron su satisfacción por el resultado electoral. Lo que en los papeles aparecía como una profunda polarización que amenazaba con dejarlos fuera de juego se presentó finalmente como una retención de su electorado y un escenario a futuro de despolarización que los puede catapultar al Congreso Nacional con, al menos, tres nuevos diputados.

Sin embargo, el mismo lunes y en el marco de la fuerte corrida cambiaria que llevó el dólar por encima de los $60, cada uno de los partidos que lo integran emitieron comunicados orientados más bien a intervenir en la crisis política que ha dejado planteada la larga transición hasta diciembre que en sus propios resultados electorales.

Con críticas a ambos lados de la grieta, y dando por descontado un futuro gobierno de Alberto Fernández, se dirigieron a los trabajadores para promover su intervención “ya mismo”. El propósito, aseguran, es el de impedir que, otra vez, el costo de la crisis recaiga sobre la espalda de la clase trabajadora.

La izquierda diario, órgano de prensa del PTS, al que pertenece el candidato a presidente Nicolás del Caño,  difundió un comunicado en el que aseguran que la devaluación, la suba de precios y el desabastecimiento “empiezan a ser las primeras consecuencias del brutal golpe que intentan descargar los llamados mercados sobre la economía, como forma de mostrar su rechazo a la votación del pasado domingo”. Con todo, sostienen que “mientras el gobierno nacional deja correr este ataque contra las mayorías populares, el candidato del Frente de Todos justifica la brutal devaluación por «el atraso del dólar»”, denuncian.

En esa línea sostienen que “es necesario enfrentarlos con la movilización activa, planteando medidas de fondo que ataquen sus intereses” y aseguran que “tal como planteó Nicolás del Caño es urgente que las centrales sindicales convoquen a un paro nacional activo de 36 horas”.

Por su parte el otro de los principales partidos del FIT-U, el Partido Obrero al que pertenece la candidata a vice Romina Del Pla emitió a través de Prensa Obrera una extensa declaración de su Comité Ejecutivo en que el que señalan que “el derrumbe del macrismo reclama la intervención de la clase obrera”.

Allí aseguran que “la derrota ha sido aplastante e irreversible”. Además, analizan, “el intento de revertir esas derrotas (en las provincias) echando mano a los recursos del FMI y al ingreso de capitales especulativos de corto plazo no sólo no dio resultado, sino que por terminó agravando su situación”.

La declaración asegura que “la diferencia es de tal magnitud que ya es un hecho que se trata de un nuevo gobierno” y que “el sistema electoral (…) agrava la crisis en marcha” porque “en ese lapso (de acá a octubre) se creará de hecho un doble poder entre fuerzas capitalistas”.

Esa transición, continúan, “tendrá como telón de fondo un país quebrado, con una deuda acumulada que ya ronda el 95% de su PBI, con una caída generalizada de la economía y la posibilidad cierta de que se desate una fuga de capitales que provoque no sólo nuevas devaluaciones sino que afecte directamente al sistema financiero y ponga en riesgo los depósitos bancarios”.

En ese período, pronostican, “el gran capital, que mayormente había apostado a la continuidad de macrismo, se valdrá de esta transición para dictar sus condiciones al nuevo gobierno” que, por su parte, “ya ha anticipado que están dispuestos a una negociación con ese gran capital para hacer un gobierno de coalición”.

El PO recuerda que “sus economistas, en los días previos a la elección, hicieron saber que buscaban una renegociación con el FMI” pero, opinan, “es claro que cualquier negociación con el FMI tendrá como contraparte la aceptación de sus condiciones, que tienen a la reforma laboral y previsional en el tope de las exigencias”. Para el PO “la votación masiva expresa un repudio a la política fondomonetarista aplicada hasta el momento por el macrismo. Sin embargo, de la mano de los Fernández continuará la dependencia de la Argentina al FMI”. De hecho aseguran que “dejó en claro que avala una nueva reforma laboral, que sería a través de la modificación de los convenios colectivos de trabajo, buscando el acuerdo de la burocracia sindical, llamada a asegurar la ´paz social”.

Para el FIT, “mientras los capitalistas operarán para dictar las condiciones del recambio político, los trabajadores, las mujeres y la juventud no pueden asistir pasivos a esta crisis de magnitud sin plantear su propio programa y los medios de lucha para conquistarlos que de ningún modo pueden seguir el curso pasivo fijado por el cronograma electoral”.

En definitiva plantean “la necesidad de un congreso de bases de los sindicatos y la preparación de un paro activo nacional de 36 horas para derrotar la política de despidos masivos, desvalorización del salario y entrega al capital financiero. El fracaso de la política del FMI plantea romper definitivamente toda atadura al capital financiero, repudiar la deuda usuraria y proceder a nacionalizar la banca y el comercio exterior”.

Para el PO no se puede descartar que “sea el macrismo el que haga parte del trabajo sucio antes de que abandone el gobierno. Una corrida cambiaria de magnitud, por ejemplo, serviría para consumar la devaluación reclamada por Alberto Fernández durante la campaña electoral”.

En el terreno electoral destacan que “el FIT-Unidad tiene un amplio terreno de conquista política entre los trabajadores que votaron por la fórmula Fernández-Fernández con el propósito de terminar con la política fondomonetarista, pero contradictoriamente irán cerrando acuerdos que den garantías al gran capital”.

En la misma sintonía, Del Caño reclamó “un paro de 36 horas a las CGT para poner un freno a la catástrofe que nos amenaza” y esbozó una serie de propuestas de emergencia empezando por “terminar con los tarifazos volviendo a los valores de 2016 y la indexación de los salarios por inflación.”. Por último, al igual que el PO, sostiene que «es necesario frenar el drenaje de divisas que están provocando los especuladores y banqueros con la creación de un banco nacional único que impida la fuga de capitales, preserve los ahorros y otorgue créditos baratos a los pequeños comerciantes y productores”.

Por último, el candidato a presidente y diputado nacional señaló que «el Congreso Nacional debe dejar de estar cerrado. Proponemos convocar en forma inmediata a sesiones especiales para discutir urgentemente estas medidas, con una gran movilización obrera y popular para imponerlas».