El gobierno oficializó el pase del juez del tribunal oral federal número cuatro Leopoldo Bruglia a una sala de la Cámara Federal porteña que tiene a su cargo gran parte de las causas por presunta corrupción que salpican a funcionarios del anterior gobierno.

Mediante el Decreto 278/2018, firmado por el presidente, Mauricio Macri, y el ministro de Justicia, Germán Garavano, Bruglia fue designado de manera definitiva como integrante de la Sala Primera de la Cámara, en el cargo vacante que el propio gobierno propició forzando la salida de Eduardo Freiler.

Técnicamente, y pese a que el propio Bruglia pidió su traslado, el decreto implica para él un virtual “descenso”, en términos deportivos. Bruglia fue designado “juez de cámara” durante el menemismo, en 1993, para desempeñarse en un tribunal oral, que tiene funciones de dictar sentencias definitivas después de un proceso que se caracteriza por la inmediatez del análisis de las pruebas y los testigos. Ahora, se desempeñará en un tribunal que envía a los imputados al juicio oral, es decir una etapa previa a la que Bruglia desempeñaba. Algo así, -salvando las distancias- como que el centrodelantero de un equipo de Primera División pida voluntariamente volver a hacer las inferiores.

El traslado de Bruglia es, incluso, discutible a la luz de la Acordada 4/2018 de la Corte Suprema, que pulverizó la conformación del tribunal oral federal (TOF) número nueve porque sus integrantes habían sido designados para otros cargos.

Dijo la Corte, en referencia al TOF 9: “Resulta c1aro que el presente pedido de habilitación refiere a un nuevo tribunal oral criminal federal integrado totalmente con magistrados que fueron oportunamente designados para desempeñarse en la justicia criminal ordinaria, cumpliendo funciones institucionalmente diversas a las propias de la competencia del fuero federal”. Bajo esa premisa, Bruglia tiene mejores herramientas para defender su “pase” que sus colegas del fallido Tof. Pero también es cierto que fue designado para otras funciones, diferentes a las que viene desempeñando y seguirá haciéndolo en el futuro.

Claramente lo reconoce el decreto que dispuso su pase: “Bruglia oportunamente recibió el Acuerdo del Honorable Senado de la Nación para ser designado Juez de Cámara en el Tribunal oral en lo Criminal Federal número 4 de la Capital Federal, siendo nombrado por el Poder Ejecutivo Nacional para desempeñar dicho cargo, mediante Decreto N° 1889 del 6 de septiembre de 1993”.
Como la parábola de la frazada corta, Bruglia cubrirá una vacante y descubrirá (de hecho, ya lo hizo) en el tribunal que antes integraba. En efecto, el TOF 4 quedó integrado por los jueces titulares Pablo Bertuzzi y Néstor Costabel, y en lugar de Bruglia hay una subrogante, una magistrada prestada de otro tribunal, María Gabriela López Iñiguez.

Sin embargo, el Consejo de la Magistratura, donde Cambiemos tiene mayoría de consejeros, aprobó el pase: “la petición referida en el Visto fue analizada por el Consejo de la Magistratura en su sesión plenaria del 15 de marzo de 2018, en el marco del ‘Reglamento de Traslado de Jueces’ aprobado por la Resolución N° 155 del 28 de junio de 2000, emanada de dicho órgano constitucional, en la que se recomienda el traslado”.

El Reglamento del Traslado fue aprobado durante el gobierno de Fernando De la Rúa.