El gobierno continuaba hoy con la definición de los anuncios que formalizará este lunes y pretende presentar como un relanzamiento de la gestión con una fuerte reducción de la estructura del Gabinete como cara visible, pero cuyo trasfondo es un paquete de medidas de fuerte ajuste sobre los sectores populares para reducir el déficit, acompañadas de una suba de ingresos que provendrá de incrementos tributarios y retenciones al agro que prometen impactar en la base electoral de Cambiemos.

Desde la residencia de Olivos el sábado por la noche se dejaron trascender distintas alternativas a la reducción ministerial que variaron desde la eliminación de 8 a 13 carteras, entre ellas algunas estratégicas como Salud, Trabajo y Ciencia y Tecnología. Además, se especuló con la posible salida de los dos vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, y el cambio del canciller Jorge Faurie por el ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay. Sin embargo, no hubo anuncio oficial sobre estos puntos, y todo indica que el escenario puede variar de acuerdo a cómo evolucione el diálogo en la mesa presidencial, atravesada en estas horas por fuertes internas, versiones de renuncias, y la incorporación de figuras para oxigenar la etapa que viene. Un testigo de estas negociaciones aseguró a Tiempo que se está trabajando con distintos esquemas, por lo que las informaciones que circulan podrían considerarse como “verdades a medias”.

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El  boceto que se explora en Olivos tiene algunos puntos seguros: según fuentes de jefatura de Gabinete, tal como viene sosteniendo este medio, Economía será un megaministerio aunque no está claro cuál de todas las áreas en danza terminará absorbiendo: un modelo posible es que contenga como subsecretarías a Agroindustria, Energía, Hacienda y Transporte.  Pero los escenarios siguen siendo cambiantes a esta hora.

El punto es que, confirmada la decisión de  volver a un Ministerio fuerte, el debate gira en torno a la figura que lo encabezará. Y allí vuelven a aflorar las internas, porque quien lo haga deberá tener sintonía con el titular del Banco Central, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, a esta altura, ratificado en su puesto por enésima vez.

Respecto de las áreas de Salud, Trabajo y Ciencia y Tecnología, cuya posible desaparición como ministerios generó la mayor repercusión negativa en  redes sociales, nada parece definitivo.

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Por fuera de estas negociaciones, el gobierno también trabaja en el paquete de medidas que constituirán el corazón de la gestión y apuntan a ofrecer al FMI una señal definitiva del fin del gradualismo. Entre ellas, y tal como se informó en la edición impresa de Tiempo, se mantienen  en estudio  la reducción de la planta estatal, la suspensión del esquema de reducción de las retenciones a las exportaciones de soja, la reimplantación de ese gravamen para el maíz y el trigo, y “retoques” al esquema tributario, como un posible aumento del impuesto a los bienes personales, la elevación a “responsable inscripto” de la categoría más alta del Monotributo –con una fuerte reducción de los ingresos de ese sector de la clase media por la carga impositiva que traerá como consecuencia-  y cambios en el IVA para bienes suntuarios. En materia de retenciones, otro punto de debate tiene que ver con los gravámenes a la minería, que fue beneficiada con exenciones desde que Macri llegó a la Casa Rosada.