El gobierno tiene las expectativas puestas en la jornada electoral del domingo, pero también en el primer día de gestión. El resultado de la elección aún es un enigma, pero nadie descarta números adversos a nivel nacional. En ese escenario, el presidente, Alberto Fernández, recibió a sindicalistas y dirigentes de movimientos sociales con los que confirmó la realización de una movilización para el 17 de noviembre, en conmemoración del Día del Militante. La CGT, el Movimiento Evita, Somos Barrios de Pie y la UTEP. Por lo pronto, el acto de cierre de campaña del Frente de Todos pasó de tener una dimensión nacional a ser un encuentro provincial porque los gobernadores decidieron hacer el cierre en sus provincias y no viajar al conurbano, territorio convulsionado por las repercusiones del asesinato de Roberto Sabo, el kioskero de Ramos Mejía.

En ese contexto, el presidente y el jefe de Gabinete, Juan Manzur, recibieron en Rosada a los dirigentes de los movimientos sociales y del movimiento obrero organizado que le son afines. Estuvieron los referentes gremiales Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), Héctor Daer y Carlos Acuña (cotitulares de la CGT), Gildo Onorato (UTEP), Daniel Menéndez (coordinador nacional de Barrios de Pie), Juan Carlos Alderete (líder de la CCC), el secretario de Economía Social, Emilio Pérsico, y el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando Navarro.

Según se informó luego del encuentro, la CGT le comunicó al presidente la marcha del proceso de unidad al que se llegará en el Comité Central Confederal del próximo jueves, lo que el mandatario celebró y les manifestó su apoyo.

Por su parte, los movimiento sociales transmitieron su decisión de trabajar en conjunto con la CGT y el Fernández los animó a hacerlo. Remarcaron que el rumbo del gobierno es el correcto, que hay reactivación económica a partir de las políticas públicas y sociales que se tomaron. “Argentina está creciendo arriba del 9 por ciento, con desarrollo productivo y creación de empleo”, destacaron fuentes oficiales tras el encuentro.

Es que la duda que recorre los pasillos de Rosada es qué pasará el lunes, en función del volumen de votos que saque el oficialismo. Si se logra emparejar en provincia de Buenos Aires y se recupera La Pampa, el oficialismo se prepara para fortalecer la unidad del FdT y poner primera para que en los próximos dos años se recupere electoralmente y en la gestión. Pero si hay una como la de las PASO -o peor- algunos funcionarios prevén que el pase de facturas puede llegar a ser virulento.

Es por eso que el presidente se rodeó este martes de dirigentes con territorio para comprometerlos para el día después y sumarlos a la fiscalización de este domingo. “Sostuvieron que estas elecciones son muy importantes para los trabajadores porque está en juego si seguimos avanzando en la recuperación económica, del salario y del empleo, o retrocedemos”, sostuvieron las fuentes oficiales. Y destacaron que el presidente logró una foto de unidad dirigentes de la CGT y los movimientos sociales, quienes el aseguraron que “se encuentran comprometidos con el Gobierno y llamaron a votar masivamente las boletas del FDT el próximo 14”.

En Rosada todavía no tienen medido el impacto del asesinato de Ramos Mejía y reconocen que hasta el lunes se podía prever un crecimiento en provincia, pero que ahora ya no saben cómo repercutirá en el electorado. En ese contexto, los gobernadores prefirieron quedarse en sus provincias y no ir a Merlo, partido vecino de La Matanza. Hasta el momento tampoco está confirmada la presencia de Cristina Fernández en el acto de cierre y quiénes serán los oradores.

Tiempo pudo saber que los intendentes sí concurrirán. Están invitados y todavía no se bajó ninguno. El acto no lo organiza presidencia sino la municipalidad de Merlo, a cargo del jefe comunal Gustavo Menéndez. Por lo pronto, lo que reina en Rosada es la incertidumbre.