El Patronato de Liberados de la Provincia de Buenos Aires adecuó la Ley de Identidad de Género 26.743 a su legajo tutelar electrónico. Esto implica la creación de seis categorías para consignar la autopercepción de las personas que están supervisadas tras el egreso de cárceles bonaerenses.

“Cuando llegamos al organismo nos dimos cuenta que tenemos bajo supervisión a muchas personas que no responden al sistema binario tradicional. Lo fuimos viendo a través del trabajo y nuestra militancia. Además sabemos de la gran criminalización que existe sobre la comunidad travesti-trans”, asegura a Tiempo, Florencia Tittarelli, jefa de Gabinete del Patronato de Liberados de la Provincia de Buenos Aires.

En los últimos años observaron que esa criminalización fue creciendo. “Cuando llegamos al organismo preguntando cuántas personas de este colectivo están bajo nuestra supervisión no nos pudieron responder”, recuerda Tittarelli. Y continúa subrayando: “Esto fue posible porque hubo una decisión política del gobierno nacional y bonaerense. El objetivo es incorporar todas las políticas públicas con perspectiva de género al legajo tutelar electrónico”.

Por eso, empezaron a realizar un relevamiento muy profundo, revisando legajo por legajo y en diálogo con las trabajadoras sociales del Patronato que están a cargo de supervisar a las personas e identificaron a 62 mujeres y 2 varones trans. Siguieron trabajando y con la ayuda de la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires -que aportó datos sobre personas de esta comunidad criminalizadas- sumaron 82. De todos modos, el número es inestable porque se van sumando legajos todos los días.

La funcionaria asegura a este diario que: “Estamos en un proceso de reconocimiento para poder reparar y llegar con las políticas públicas del Estado provincial a aquellas personas que nos necesitan y que están bajo nuestra supervisión”. Algunas de ellas con arrestos domiciliarios, que necesitan medicamentos, alimentos y un abordaje interdisciplinario para saber sobre las distintas necesidades que tienen. “Estamos en contacto permanente con estas personas por cualquier situación lesiva que padezcan. Esto resultó muy provechoso, no solamente para las profesionales, sino también para aquellas personas que antes estaban invisibilizadas”, enfatiza la jefa de Gabinete.

Cabe destacar que la adecuación de la Ley de Identidad de Género al legajo tutelar electrónico del organismo implica la creación de 6 categorías para consignar la autopercepción de las personas supervisadas por el organismo: mujer, varón, mujer trans, travesti, varón trans u otro, reemplazando el sistema anterior que solo reconocía a varones o mujeres.

“Gracias a esta decisión política logramos el reconocimiento de una lucha histórica que viene de la mano de aquellas militantes de la diversidad. Lo han logrado junto al gobierno de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández”, reconstruye Tittarelli. Y recuerda que “así empezamos a transitar un camino de reconocimiento de derechos. Por ejemplo, la posibilidad de registrarse con sus nombres autopercibidos, de poder acceder a distintas políticas públicas, de salud y la posibilidad de vivir una vida libre”.

La adecuación también menciona la obligación de parte de los ciudadanos “para respetar a estas personas que con sus cuerpos y sus nombres nos están diciendo que tienen un determinado género. Es una ampliación de derechos, reconocimientos y de respeto hacia los Derechos Humanos de todas las personas”.

La adecuación se realizó en las últimas semanas y produjo un cambio que permite conocer la cantidad de personas de colectivos LGTBIQ que se encuentran bajo supervisión del Patronato de Liberados.

“También se estableció la forma de referirse a estas personas que están en contacto con el organismo. Por ejemplo, donde antes decía usuario, ahora dice agente, donde antes decía tutelado, ahora dice persona supervisada y donde decía funcionario, ahora dice personal a cargo”, explica Tittarelli. Y cierra destacando que “así completamos un proceso de reconocimiento, no solo para quienes tienen distintas identidades, sino para todas las personas que trabajan en el organismo y las que están en contacto”.