El plan que tenía el presidente Alberto Fernández de transformarse en el próximo presidente pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) quedó empañado este sábado por la crisis interna que afronta luego de la derrota del Frente de Todos en las PASO del domingo pasado. El cambio de una parte del Gabinete que aceptó, luego de tres días de cruces abiertos con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, le impidieron viajar a México para participar de la VI cumbre de jefes de Estado. También tenía previsto trasladarse a Nueva York para ofrecer su segundo discurso presidencial ante la Asamblea General de la ONU.

En su lugar, el presidente protagonizó una escena incómoda a la distancia, porque no le avisó a su canciller, Felipe Solá, que sería relevado por el hasta entonces jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. El ministro coordinador se encargó de pedirle la renuncia por teléfono. Luego le informó que lo reemplazaría. La situación, que incluyó un incómodo intercambio con el presidente, quedó al desnudo en el DF apenas Solá aterrizó ya renunciado junto con una reducida comitiva shockeada por la noticia. En el Palacio San Martín explicaron a este diario que no significa el naufragio de la candidatura argentina para presidir la Celac el año que viene, porque la decisión se postergó hasta fines de diciembre ante la inesperada ausencia de Fernández. También jugó la ratificación de las críticas de Nicaragua en su contra, pero en la Cancillería lo minimizan. «Si Alberto hubiera estado acá en la cumbre, posiblemente la ganábamos», se lamentó un integrante de la comitiva argentina que viajó a México y tuvo que afrontar las críticas nicaragüenses y las preguntas ante la ausencia de Solá, que fue reemplazado por el subsecretario de Asuntos de América Latina Juan Carlos Valle Raleigh.

Tal como contó este diario, Fernández planeaba viajar a México para recibir la presidencia pro témpore de la Celac y luego de participar en la Asamblea de la ONU podría ser recibido por su par estadounidense Joe Biden. El viaje iba a coronar la estrategia impulsada por Fernández y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para relanzar la Celac y que reemplace el rol de la OEA que preside el uruguayo Luis Almagro. Durante la cumbre, este sábado tres presidentes encabezaron una dura ofensiva contra la presencia de los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Cuba, Miguel Díaz Canel. Tanto el uruguayo Luis Lacalle Pou, como el ecuatoriano, Guillermo Lasso, y el paraguayo, Mario Abdo, cuestionaron con dureza a los dos gobiernos socialistas del Caribe. Fernández zafó de ese duelo discursivo que habría sido la antesala de su designación como titular temporario de la Celac. El faltazo del mandatario argentino también siembra dudas sobre el verdadero interés de encabezar ese organismo internacional en un momento clave para la región, cuando Estados Unidos parece revisar el rol de la OEA, pero sin impugnarla.

Cafiero reemplazará a Solá desde este lunes a las 16 y la política argentina sobre la Celac quedó como una incógnita obligada para el estreno de su nuevo cargo. Solá concluyó 21 meses al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores. Una de sus principales misiones fue trabajar por la candidatura de Fernández para ese organismo. Dejó el cargo en el DF, la misma ciudad a la que había viajado con Fernández en los primeros días de diciembre de 2019, cuando ambos todavía no habían asumido. Viajaron para encontrarse con López Obrador y también con Mauricio Claver Carone, el consejero de Donald Trump que hizo la primera exploración personal sobre el nuevo gobierno que iba a reemplazar a Mauricio Macri. Casi dos años después, Solá volvió al despoder. Lo hizo notoriamente enojado con Fernández, en la misma capital azteca que lo vio estrenar el puesto de canciller cuando todavía no había jurado. «