Faltan sólo tres semanas para las Primarias, programadas para el domingo 11 de agosto. Una fecha que podría convertirse en el momento bisagra del año electoral porque los números que obtenga cada espacio político podrían forzar a replantear estrategias y, al mismo tiempo, volver anacrónico el tratamiento que ciertos medios le están dando a la campaña. En la provincia de Buenos Aires, donde se concentra casi el 40% del padrón, el Frente de Todos transita la recta final hasta las PASO con algunas premisas que empiezan a cumplirse a rajatabla tras unas semanas de cierto desorden, con portavoces que se superponían en la función. Ante la constatación de que el oficialismo de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal cuenta con el apoyo desembozado o más elegante de buena parte de los grupos mediáticos, la principal coalición opositora reordenó sus fichas. La clave es unificar el discurso, asignar voces autorizadas para responder sobre determinadas cuestiones y evitar que los candidatos se la pasen opinando sobre los temas que cada semana –frenéticamente, porque corre de atrás– intenta instalar el macrismo.

En la semana que pasó, un hecho político condensó esa experiencia de adversidad con la que debe lidiar el Frente de Todos a la hora de hacer llegar sus propuestas a través de las pantallas, las páginas de los diarios y los portales de Internet. Se conocieron los datos en materia de inseguridad en la provincia de Buenos Aires –la fuente es el informe oficial del Departamento de Estadísticas de la Procuración General Bonaerense sobre el fuero criminal y correccional– correspondientes al año pasado. El resultado, que muestra un incremento del 6,6% anual en 2018, se puede desagregar en un alza del 63% para hurtos agravados y un 50% en materia de secuestros extorsivos para el mismo período. La difusión de esas cifras fue, sin embargo, bastante acotada. La administración de la provincia de Buenos Aires movió sus hilos –incluso se menciona que hubo llamados y presiones ante los interlocutores adecuados– y lograron así minimizar su visibilidad. Por otro lado, el gobierno de Vidal se preocupó por difundir que en los primeros cuatro meses de 2019 los índices de esos delitos habrían bajado.

Esta desconexión entre la realidad y la percepción que tienen de ella, al menos en materia de seguridad, muchos habitantes de la PBA, es clave para que Vidal pueda tener aspiraciones de retener la gobernación. La viralización del latiguillo «contra las mafias» parece haber resultado efectiva en ese punto. Sin embargo, la gravedad de la situación económica es de tal dimensión –basta con decir que Alpargatas se retiró del rubro textil en la Argentina o que ya no habrá locales de Wrangler y Lee en los shopping– que el candidato del Frente de Todos, un Axel Kicillof cada vez más suelto, tiene serias chances de ganar. De hecho la posibilidad de una victoria del FdT en la territorio bonaerense en las PASO del 11 de agosto ya forma parte del escenario que se evalúa en los comandos de campaña. El eventual triunfo opositor se explicaría por el lastre que representa la candidatura presidencial de Mauricio Macri y por la tracción que la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández ejercería sobre el resto de la boleta.

Kicillof, mientras tanto, hace lo suyo para aportar al triunfo. En la reunión de trabajo junto a Fernández y los intendentes, realizada el miércoles pasado en el Salón Garage, frente a las oficinas que el candidato presidencial tiene en San Telmo, se establecieron pautas centralizadas para intervenir en cada uno de los ejes temáticos que vaya desplegando la puja electoral. Otro de los acuerdos que va tomando cada vez más peso es no responder a las provocaciones o a las polémicas de fuerte carga ideológica que lanza regularmente el macrismo. Como se sabe, la cúpula de Cambiemos optó por realizar una campaña agresiva y que trata de invocar al miedo. Uno de los blancos de ese bombardeo negativo es justamente Kicillof, a quien los representantes del oficialismo tratan todo el tiempo de anclar en su pasado como ministro de Economía o en una supuesta formación ligada al marxismo.

Consciente de la estrategia del PRO, el candidato a gobernador del Frente de Todos replica que en esta coyuntura electoral está en juego el futuro inmediato de todos los argentinos, y específicamente de los habitantes de la provincia de Buenos Aires. En materia de spots, el FdT encontró una forma eficaz de reivindicar a Kicillof (cuya figura, en los focus group, aparece asociada a los atributos de sabiduría, inteligencia y cercanía) frente a lo que sus compañeros definen como «campaña sucia». En las próximas horas empezará a rotar por los espacios electorales de radio y TV un spot en el que no habla Kicillof sino que lo hacen, directamente y sin intermediarios, los propios bonaerenses que lo conocieron en el terreno. Todo es en el marco de la gira minimalista y austera que inició en 2016 a bordo del Renault Clio de su amigo «Carli» Bianco. «