El soterramiento del ferrocarril Sarmiento, la megaobra prevista con participación, hasta esta última semana, de la multinacional brasileña Odebrecht en sociedad con IECSA, la firma relacionada con el presidente Mauricio Macri, no solo está sospechada de corrupción. Según un informe técnico de los trabajadores ferroviarios, será más costosa de lo previsto y, además, es innecesaria.
«La propuesta del soterramiento carece de algún tipo de fundamento o racionalidad económica, social o medio-ambiental para un gasto de semejante magnitud, sobre todo para un Estado que tiene infinidad de carencias socio-económicas y productivas», sostiene el trabajo elaborado por Instituto de Formación del Trabajador Ferroviario.

Macri lo conoce. El dirigente sindical Rubén «Pollo» Sobrero se lo envió mediante una carta documento que tiene el sello de recepción de la Casa Rosada. El texto habla de una obra «faraónica», de costos siderales, y afirma que con ese dinero se podrían alcanzar los mismos objetivos y, además, la reactivación y construcción de más de 5000 kilómetros de vías, coches nuevos y un trayecto que una las estaciones Haedo y Retiro en 36 minutos, con un pasaje de apenas cinco pesos.
«No hay nada que justifique una decisión que, por el contrario, pareciera conllevar objetivos que van más allá del bien común», señala el informe.
El cálculo más o menos oficial de la obra de soterramiento trepa a unos 3000 millones de dólares. Sin embargo, el trabajo considera que esa suma, cuanto menos, se triplicará. El documento toma como base el «Alameda Corridor» en Los Ángeles, Estados Unidos, que tiene unos  16 kilómetros de extensión y costó 10 mil millones de dólares, solo para trenes de carga, sin estaciones de paradas intermedias. «No hay experiencia en el país en el diseño, la construcción, implementación y operación de este tipo de soluciones, que contienen elementos de tecnología compleja y costosa, lo que genera la salida de divisas hacia consultoras y proveedores del extranjero; mientras que los puentes y/o túneles son obras de ingeniería de menor complejidad, que pueden ser diseñadas y ejecutadas íntegramente con proveedores locales», puntualiza el informe.

Con el dinero que, según estima el trabajo, terminará costando el soterramiento, se podría «reemplazar la totalidad de los 52 pasos a nivel entre Caballito y Moreno por Pasos Bajo o Sobre Nivel» y sobraría dinero, mucho, para «construir 5200 kilómetros de red operativa, incorporar alrededor de 5000 vehículos, electrificar definitivamente todas las líneas ferroviarias en la provincia de Buenos Aires». Y también dinamizar un corredor ferroviario que «permitirá conectar el ferrocarril San Martín con el Roca en su intersección con el Sarmiento ampliando la posibilidad de que la gente pueda ir de la zona sur a norte y viceversa sin cruzar la Ciudad de Buenos Aires por el Bajo o por la avenida General Paz».
Se trata, básicamente, de un tren que unirá Haedo, en territorio bonaerense, con Retiro, en poco más de media hora con un pasaje de cinco pesos, sensiblemente inferior a los entre 90 y 120 que cobra, por ejemplo, una combi para el mismo trayecto.
La obra que proponen los ferroviarios en lugar del soterramiento permitirá retroceder 40 años. Sí, retroceder, que en este caso paradójicamente es «avanzar». En los ’80, según el trabajo, había «835 corridas de trenes diarios y hoy, apenas 104».
La carta documento dirigida a Macri denuncia que detrás del soterramiento «se esconde un verdadero negocio inmobiliario que se relaciona con las tierras que pertenecen al ferrocarril, por ejemplo: Playa Caballito, Playa Liniers, Playa Haedo y 17 kilómetros lineales que quedarán libres para construir torres a lo largo de toda la traza». «