¿Qué definimos en las elecciones de hoy? Desde luego que no debemos perder de vista que son elecciones primarias en las que aún no están en juego las dichosas siete bancas que nos separan vaya a saber sí, del apocalipsis repúblicano o de que los y las trabajadoras comiencen a temer frente a un telegrama de despido.

Y es que si algo tuvo el “debate” pre electoral es azuzar ciertas miradas gerenciales que van corriendo el eje de la agenda política a lugares que se pensaban superados y rechazados no hace tanto en las urnas, como la reforma laboral del 2017/18 y sus pretensiones de ir socavando derechos obreros bajo el procaz argumento que esa es la vía para crear empleo nuevo.

Ciertamente parece haberse sumado la cuestión laboral, lo cual no debiera llamanos la atención en un sociedad arrasada luego de dos pandemias – la económico social y la sanitaria -, y que tuvo enormes consecuencias de desempleo, subempleo, marcada pérdida del poder adquisitivo, y por ende de nuestras condiciones de trabajo, que en definitiva son nuestras condiciones de vida.

Y en ese sentido resulta paradojal lo sucedido en estas ultimas semanas en que sin solución de continuidad se pasó de discutir la reducción de la jornada diaria y semanal de trabajo a ver de qué manera se fulmina con la indemnización por despido, un derecho que viene de 1934 en que Horacio Rodriguez Larreta era procurador general de la Nación.

Bienvenida sea esa discusión, y oportuna sería una mayor intervención de miradas mas plurales, democráticas e incluyentes como las del movimiento obrero mas comprometido, que vaya por mas derechos ensanchando el estrecho camino que nos depara el “soft law” de la derecha, y que discuta (por que no?), de qué manera las y los trabajadores sean socios de los beneficios de la creciente productividad empresarial y se apropian de parte de ella reclamando por la reducción de la jornada de trabajo.