Los vínculos entre la Corte Suprema y el mundo empresarial se volvieron más fuertes desde que su actual composición fue impulsada en 2016 por el entonces presidente Mauricio Macri. El ascenso de Carlos Rosenkrantz y Horacio Rosatti, en aquel momento, profundizó esas relaciones, especialmente por la actividad de Rosenkrantz, cuyo estudio de abogados defendió a muchas de las empresas más grandes que operan en el país.

Ahora, el ascenso de Rosatti a la cabeza de la Corte Suprema fue bien recibido en el sector privado.

Mario Grinman, presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, le dijo a Tiempo: «En la Cámara de Comercio no conocemos al doctor Rosatti pero la Corte Suprema ha hecho su elección y se respeta, más allá de las ausencias».

Grinman observó: «En este país, de cada cosa que pasa se hace un River-Boca, y no puede ser. Hay que dejar que las instituciones de la República ejerzan su independencia y elijan sus autoridades y a otra cosa. Si va a estar más cerca de este o aquél espacio, no es relevante».

La posición de Grinman tiene relación con las objeciones que presentó Ricardo Lorenzetti, ex titular de la Corte hasta que Rosenkrantz lo desbancó en 2018 en una movida que contó con el respaldo de los demás supremos. En aquel momento, los reclamos de Lorenzetti no pasaron a mayores. En cambio, en esta oportunidad, existe cierto temor de que sus planteos de «ilegitimidad» en la elección de Rosatti pasen a mayores y generen inestabilidad institucional en un momento político delicado por el devenir de las elecciones.

«Los mercantiles no acostumbramos a convocar a los jueces pero no descarto un llamado en este caso», dijo Grinman, preocupado.

Ese activismo empresario podría volcar el activo de la balanza en favor de Rosatti, toda vez que el propio Lorenzetti tiene un fino oído a la hora de escuchar los planteos del sector privado.

Por su parte, Iván Szczech, titular de la Cámara Argentina de la Construcción, defendió la asunción del nuevo titular de la Corte: «Vemos muy bien la elección de Rosatti. Pensamos que es un jurista que tiene muchísima experiencia tanto en el plano judicial como en lo político. Estamos convencidos de que va a poder hacer una excelente experiencia al frente de la Corte».

Szczech también se mostró activo ante la pulseada judicial. «Lo felicitamos por el nombramiento y es probable que lo convoquemos a tener algún tipo de reunión», remarcó.

A Rosatti se le recuerdan posiciones «anti-empresa», como cuando votó a favor de que Molinos pagara el impuesto a las Ganancias en un pleito con el Estado.