En Rosada aseguran que no fue planificado, pero el horario de la actividad del día del presidente coincidió con el fallo de la Corte Suprema que dictaminó que los jueces cuestionados se quedarán en sus sillas hasta ser reemplazados por algún magistrado o magistrada que haya concursado para llegar al cargo. La lectura que hacen del fallo en la Rosada no sólo es analizada como una victoria del oficialismo sino también como un aislamiento a Mauricio Macri. Cuando el presidente Alberto Fernández abogó este martes por “una nueva normalidad donde el estado de derecho se respete” no estaba hablando de la pandemia.

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La actividad presidencial estaba planificada para las 11.30. Pero el “horario Alberto” siempre se atrasa. Por otro lado, el tan esperado fallo sobre el destino de los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Germán Castelli, tenía fijado horario para las 13. Alberto se enteró y leyó el extenso fallo “por arriba”, según explicaron en su entorno. Tiene pensado dedicarle el tiempo de lectura necesario a lo largo de la jornada de este martes.

En el gobierno recibieron la noticia con satisfacción. Si la Corte Suprema convalidaba los deseos de los jueces de permanecer en sus cargos sin haber concursado dejaba un antecedente pésimo a la hora de avanzar con reformas estructurales del funcionamiento de la justicia. Otro de los elementos que analizaban en la Rosada es el voto en soledad del presidente de la Corte, Carlos Rosenkrantz, quien comparte con los jueces cuestionado el origen macrista de su designación. Los cuatro cortesanos restantes fueron los firmantes del fallo.

El tercer punto que se desprendió de la actividad de este martes es el reclamo del presidente al titular de la cámara de Diputados, Sergio Massa, para que acelere el tratamiento de la reforma judicial. A fines de agosto, la Cámara alta, presidida por Cristina Fernández, aprobó la norma y la giró a Diputados. Salió por 40 votos a favor y 26 en contra. En esa sesión el oficialismo decidió eliminar la alusión a los medios de comunicación del artículo en el que se obliga a los jueces a denunciar presiones. El proyecto todavía no hay fecha de tratamiento en el recinto de la cámara que preside Massa.

Este martes al mediodía, en la inauguración del Departamento Judicial Avellaneda/Lanús, que permitirá facilitar el acceso a la justicia de un millón de vecinos de la zona, Fernández convocó a tener “jueces técnicamente preparados, moralmente probos y una justicia rápida”. Y lanzó una crítica contra la administración Macri: “Los años que nos precedieron no fueron un buen ejemplo”. “Los espías mezclados entre los jueces no son un buen ejemplo. Tampoco usar a los jueces para perseguir opositores ni presionar a gente para que se arrepienta e involucre a otros en las causas”, criticó el mandatario y subrayó: “Eso es el mal uso de las instituciones de un gobierno de turno. Nosotros no queremos nada de eso”.

Lo escuchaban atentos el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; la ministra de Justicia y Derechos Humanos, Marcela Losardo; los ministros del Interior, Eduardo de Pedro; de Obras Públicas, Gabriel Katopodis y el intendente local, Jorge Ferraresi. Asistió también el presidente de la Suprema Corte de Buenos Aires, Daniel Fernando Soria. Bajo los rayos del sol, el presidente convocó a construir una “nueva normalidad” que “nos incluya a todos”. Y “donde el estado de derecho se respete”.