Comienza la recta final hacia la elección que definirá el camino entre la profundización del modelo económico y social que Mauricio Macri quiso instaurar en el país y la propuesta del peronismo unido detrás de la figura de su candidato, Alberto Fernández. La provincia de Buenos Aires y el norte del país, ambos territorios donde el Frente de Todos pisa fuerte, serán las últimas postas antes de la veda electoral. La foto que escenifique el final de esta histórica contienda mostrará al candidato en Mar del Plata junto a los otros dos grandes protagonistas de la campaña: Cristina Fernández y Axel Kicillof.

La última semana comienza este domingo con el debate presidencial. Si bien el candidato había despotricado varias veces contra esta instancia, la evaluación positiva de los resultados que tuvo su performance sirvió para sumar confianza en el equipo de campaña, desde donde difundían los resultados de la evaluación que hicieron algunas consultoras. En esos sondeos Alberto F. quedó posicionado primero al evaluar las formas pero también el contenido.

El lunes hará su primera parada en la provincia de Buenos Aires, ya consolidado bastión del Frente de Todos. Visitará Bahía Blanca y Olavarría con el candidato a diputado Sergio Massa, en donde mantendrá reuniones multisectoriales con sindicatos y empresarios. En Bahía Blanca apoyará al candidato local Federico Susbielles, que se enfrenta al actual intendente macrista y candidato de Juntos por el Cambio Héctor Gay. Según evalúan desde el FdT, la contienda está peleada y hay posibilidades.

En tanto, el martes Fernández recibirá en sus oficinas de San Telmo a un grupo de artistas e intelectuales que apoyan su candidatura.

El miércoles viajará a Resistencia, Chaco, donde acaba de ganar el candidato del FdT Jorge Capitanich, con quien se reunirá junto al actual mandatario Domingo Peppo y todos los gobernadores peronistas del NEA y del NOA. Allí el único orador será Alberto F. ya que CFK estará acompañando ese mismo día en La Plata a Kicillof y a la candidata a intendenta Florencia Santout, quien compite contra el actual intendente Julio Garro.

Cristina Fernández tuvo la más entrecortada campaña política de todas las que protagonizó. Las actividades quedaron agendadas entre los viajes a Cuba para cuidar de su hija Florencia. Con su libro bajo el brazo encaró por su cuenta la tarea de fidelización de los propios, pero también participó de los actos con el candidato a presidente.

Ambos integrantes de la fórmula subirán al escenario el jueves en Mar del Plata, junto con Kicillof, para cerrar la estrategia proselitista y apoyar la candidatura de Fernanda Raverta que, de ganar, le quitaría un bastión importante a Juntos por el Cambio. Sin embargo, la disputa está complicada para el FdT debido a que no se pudo sellar la unidad, fórmula peronista que dio probados resultados este año. Es que Gustavo Pulti fue con un sello aparte, Acción Marplatense, y eso, según evalúan, dividió el electorado.

Además de la buena evaluación del debate, las encuestas de intención de voto también provocan sonrisas de satisfacción en el comando albertista. Los lugares donde mejor mide son el norte del país, la provincia de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y Mendoza, donde el FdT sufrió un golpe electoral a nivel provincial. Los sondeos de opinión muestran una brecha amplia por sobre el presidente.

También caracterizan que desde el espacio peronista se logró imponer una agenda de temas y propuestas. El pacto social y el programa contra el hambre fueron los grandes tópicos a los que se les sumaron la federalización del Estado y la regionalización de la economía.

La tranquilidad que aportan los números sobre el resultado no disipa el desasosiego que despiertan las variables económicas con las que espera encontrarse Fernández, si llega a la Casa Rosada el 10 de diciembre. En las oficinas de la calle México cuentan que el candidato atraviesa una mezcla de tranquilidad por el resultado electoral, pero a la vez de enojo con «la gira despedida» del presidente.

Es que según evalúan, «todo está tres veces peor de lo que dicen que está». Y si bien esperan un diálogo que viabilice la transición de manera un poco más fluida que la que  tuvieron Cristina y Macri en 2015, tampoco especulan sobre qué forma tomará. De hecho, este sábado Fernández dijo que «Macri no tiene idea de lo que pasa en su gobierno. Tiene un nivel de ignorancia llamativa y habla de cosas que no son verdad». «No hablo más con él porque me cansé de que mienta y diga que las cosas las acordaba conmigo», relató en declaraciones radiales. «Les digo a todos los argentinos que vamos a cambiar las prioridades pero que el escenario es muy complejo y no es fácil. No nos dejan un jardín de rosas. Nos dejan tierra arrasada». «Le pediría a Macri que no se olvide de que es presidente, de que mientras está en caravana la Argentina sigue perdiendo 100 millones de dólares diarios de reservas», dijo, en tono severo. Es que si bien Fernández siempre incluyó la crítica al presidente dentro de su esquema de campaña, esta última semana el señalamiento será más contundente, tal como se vio en el debate del domingo pasado, cuando, en todas sus intervenciones, el peronista dijo que «el presidente no conoce» o «no entiende».