La semana que empieza encontrará al peronismo dándole cauce al malestar social. El conglomerado político, sindical y social que se expresa, con matices, en la doctrina de Juan Perón arrancará la primavera con un nuevo paro nacional. Será la cuarta medida de este tipo desde que gobierna Mauricio Macri. El cese de actividades, dispuesto por la CGT para el martes 25, estará precedido por otro paro de 12 horas más movilización el lunes 24. El polo combativo cegetista, junto a las dos CTA, será el organizador de esa expresión en la calle. El protagonismo de los sindicatos agrupados en torno al liderazgo de Hugo Moyano viene en alza. De hecho, el jueves pasado, en el microestadio de Ferro se lanzó el Frente Sindical para el Modelo Nacional. El documento que se difundió en Caballito refleja que el sindicalismo peronista, en el caso de que en 2019 el espacio nac-pop vuelva al gobierno, no quiere ser relegado de la toma de decisiones. «No aceptamos que el movimiento de trabajadores quede excluido, en el nombre de la ‘política’, a la hora de las grandes decisiones nacionales. Siempre que esto ocurrió, más tarde o más temprano, el pueblo fue derrotado. Nuestros afanes no son partidistas. Antes que las listas, nos importa preservar los intereses del pueblo trabajador y de la nación», dice el anteúltimo párrafo del documento del Frente Sindical para el Modelo Nacional, cuyo título coincide con la consigna que se utilizó en una de las concentraciones más grandes de este año: «la Patria está en peligro». En el llamado pan-peronismo, una creación de los analistas para referirse al universo justicialista, con sus contradictorias vertientes ideológicas, se escucha cada vez más que el sindicalismo tendrá un rol importante en la configuración del frente electoral. «Nosotros queremos ser ordenadores», es la frase que suele utilizar Omar Plaini (canillitas), cercano a Moyano. Es una forma de reconocer que el sector combativo del gremialismo se imagina con un protagonismo importante en el armado de lo que –ya se descuenta– se terminará llamando Frente Patriótico. «Nosotros no estamos trabajando por candidaturas ni listas. Lo que estamos haciendo es construir para ganarle al gobierno el año que viene», subrayó Plaini en diálogo con Tiempo. «Pero el Frente Sindical para el Modelo Nacional no es exclusivamente gremial. Es también una herramienta política», agregó. El Frente Patriótico en gestación cuenta con algunos dirigentes de alto conocimiento público y potencialidad electoral. Es muy probable que los candidatos a presidente y vice, tanto como el postulante a la gobernación bonaerense y el primer candidato a diputado nacional por la PBA, salgan de una lista bastante acotada de nombres. En esa nómina figuran la senadora Cristina Fernández, el diputado Felipe Solá, el gobernador puntano Alberto Rodríguez Saá, su par sanjuanino Sergio Uñac, el jefe de la bancada de Unidad Ciudadana en Diputados, Agustín Rossi, la intendenta de La Matanza Verónica Magario, el exlegislador Sergio Massa, el diputado Axel Kicillof, el jefe comunal de Resistencia, Jorge Capitanich, el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, el diputado Máximo Kirchner. En el sector mayoritario del peronismo consideran que el gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, y el senador Miguel Pichetto no participarán de la estrategia del Frente Patriótico. Los ven más cercanos al gobierno, en un eje que podría sumar otro polo en el cordobesismo del gobernador Juan Schiaretti, que ahora no deberá consensuar, ni lidiar con el contrapeso de su antecesor y amigo, fallecido recientemente, José Manuel de la Sota. En cuanto al método para la conformación de fórmulas y candidaturas en el espacio nac-pop persiste una duda. A pesar de las reiteradas invocaciones a la utilización de una gran PASO para definir el binomio presidencial, junto a la aplicación del sistema de reparto proporcional D’Hont y sin piso electoral, la resolución se mantiene bajo cierta incertidumbre. «El peronismo tiene que intentar acordar una fórmula única y si eso no es posible competir. Si no hay un acuerdo en una fórmula común hasta Cristina va a tener que competir, aunque no sé quién se animaría a enfrentarla», aseguró en diálogo con Tiempo el quilmeño Aníbal Fernández, recientemente amigado con CFK. Ayer, en declaraciones radiales, Fernández le envió un guiño a la precandidatura de Solá: «Felipe es un buen candidato a la presidencia. Me llevo mal desde siempre, pero es un buen candidato». Consultado por este diario, el ex jefe de Gabinete profundizó: «Yo voy a acompañar al que le dé mejor. Si hay lista única, a la lista única, y si va Cristina, a ella». Dedicado en los últimos tiempos al ejercicio del Derecho, Fernández vaticinó que no cree posible que Cristina sea detenida. «Estoy convencido de que no va a caer presa. Ahora, qué quilombo se va a armar si eso sucede», deslizó. «