La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner denunció ante el juzgado de Claudio Bonadio que se ha perdido el Estado de Derecho en la Argentina y acusó al propio juez y al gobierno de procurar, “de manera torpe, distraer la atención de la opinión pública frente a una debacle política, económica y social que ya nadie puede ocultar”.

Al presentarse por séptima vez como imputada en una causa desde que dejó el Poder Ejecutivo el 9 de diciembre de 2015, la ex mandataria presentó un escrito de defensa sin esperanza de que sea tenido en cuenta pero -indicó- “cuanto menos para que su análisis pueda llevarse a cabo cuando se restablezca en Argentina el Estado de Derecho”.

Por la entrada lateral sobre la calle Letonia por la que lo hace habitualmente, la actual senadora por Unidad Ciudadana llegó este lunes a los tribunales federales de Comodoro Py 2002 donde la esperaban, como en la última oportunidad en que concurrió, los dirigentes Juan Grabois y Eduardo Valdés. Junto con su abogado, Carlos Beraldi, entregó un escrito en una audiencia que duró una media hora: sólo debieron leerle una corta ampliación de hechos imputados para ampliarle la indagatoria en la causa de las “de los cuadernos” del chofer Oscar Centeno.

La actual senadora toreó a Bonadio: “No ha conseguido ni siquiera una mínima prueba que acredite los delitos que calumniosamente se me atribuyen”. Y minimizó los resultados de los allanamientos a tres de sus viviendas: “Como todos arrojaron resultado negativo, se optó por el secuestro de objetos que no guardan relación alguna con este proceso y ni siquiera se salvaron los atributos presidenciales del Dr. Néstor Carlos Kirchner y de la suscripta”. En ese contexto, anunció: “Por todos los daños irrogados, en su oportunidad habré de accionar legalmente en vuestra contra y de quienes resulten coautores, cómplices y encubridores de la maniobra”.

“El 13 de agosto de este año, es decir, hace tan solo tres semanas, en momentos en que el dólar aún cotizaba por debajo de los 27 pesos, presté declaración indagatoria en el marco de la causa denominada ‘de los cuadernos’, que con mayor exactitud debería llamarse ‘de las fotocopias’”, subrayó en el documento.

CFK volvió a embestir contra el origen de la causa y el accionar del juez. Pero en la temperatura política el nuevo desfile por tribunales pasó casi inadvertido, entre el discurso del presidente Macri y el anuncio de medidas del ministro Nicolás Dujovne.

La crítica central de la ex presidenta apuntó, esta vez, a la utilización de la figura del arrepentido. El juzgado –consideró- “desarrolló un procedimiento que resulta inédito y de características escandalosas para cualquier persona, con o sin conocimientos jurídicos: quienes confiesan supuestos delitos que habrían cometido se van a su casa y quienes defienden su inocencia quedan presos. Dentro del capítulo de los liberados, aparentemente merecen un premio mayor quienes de cualquier manera puedan atribuirme algo que se parezca a un delito”.

“Ni siquiera en tiempos de la inquisición se atrevieron a tanto”, resumió y agregó: “Soy juzgada por un juez enemigo o por un no juez (y) un fiscal que carece de toda objetividad”. Sobre Carlos Stornelli, le reprochó: “Se atribuye la facultad de repartir ‘sortijas’ protectoras para no resultar detenido. Para peor, la diferenciación entre hijos y entenados no se corresponde con ningún criterio jurídico, sino antes bien por la vinculación que el favorecido exhiba con el gobierno de turno, el poder económico que detente o bien con el beneplácito que en su favor expresen los medios masivos de comunicación”.

El escrito, corto en comparación con otras presentaciones anteriores, subraya que el reavivamiento del fuego de la causa de los cuadernos se produce “en medio de las peores noticias económicas y cuando el dólar se aproximó a los 40 pesos”.

La ex mandataria dedujo que su nueva convocatoria tenía que ver con las repercusiones públicas que generó un primer resumen de la causa que Bonadio publicó en la página del Centro de Información Judicial (CIJ), delimitando la supuesta asociación ilícita entre 2008 y 2015. CFK embistió también contra el CIJ: “No es ocioso señalar que el referido medio publicitario es dirigido por el Presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, quien brindó a Bonadío directas señales de apoyo no solo a través de fotografías conjuntas, sino incluso autorizando el mismo día en que fui citada a prestar declaración indagatoria la cantidad de doscientas horas extras mensuales hasta el 31 de diciembre del corriente año para que se cuenten con los elementos humanos necesarios que permitan llevar esta cruzada en mi contra”.

En ese contexto desafió a que se incluya en la investigación al presidente, Mauricio Macri. “Sin disimulo alguno, se habla aquí de una extensión temporal del objeto procesal de la causa y no se convoca a prestar declaración indagatoria a los dueños de las empresas más importantes del país que supuestamente habrían participado en los episodios que se dice estar investigando y que habrían acaecido en aquel período. Por si no se lo recuerda, hasta el año 2006 el Ing. Mauricio Macri se encontraba al frente del grupo empresario familiar, el cual según los dichos de algún  ‘arrepentido’ también habría formado parte de la cartelización de la obra pública”.