Javier Rehl es el secretario de Gobierno del municipio de Escobar. Tiene 55 años y es analista de sistemas. Desde 2015 forma parte del gobierno del intendente Ariel Sujarchuk. Hoy ocupa el quinto lugar en la lista de precandidatos a senadores provinciales del Frente de Todos por la primera sección electoral, donde el gobierno de Axel Kicillof pone todas las fichas para revertir la ecuación y quedarse con la mayoría que hoy tiene Juntos por el Cambio en el Senado bonaerense. En diálogo con Tiempo, Rehl habla de los proyectos que quiere llevar a la Legislatura bonaerense, de las expectativas para el próximo domingo y deja un mensaje a quienes están indecisos: «Hay que ir a votar en defensa propia».

¿Qué propuestas quiere llevar al Senado?

-En Escobar tenemos un modelo de gobernar basado en la ampliación de derechos. En estos años venimos trabajando en políticas públicas para la gente en materia de educación, seguridad, cultura, medio ambiente. Durante muchos años los espacios públicos, por ejemplo, no fueron abordados, había abandono. Pusimos en valor las plazas que hoy son para las familias, que tienen anfiteatro, canchas para básquet o fútbol 5. En materia educativa hemos generado jardines municipales, un colegio preuniversitario de la UBA, institutos de formación docente. También hemos trabajado en políticas hacia los veteranos de Malvinas. Esto es parte de la dinámica que le hemos puesto a la gestión en estos años. Esa experiencia nos da la posibilidad de plantear algunas propuestas que podrían ser tomadas como políticas públicas, al menos para el Conurbano, desde el Senado de la provincia.

-La elección en la primera sección es clave para el FdT en busca de conseguir la mayoría en el Senado. ¿Cuál es la proyección que hacen?

-Lo que estamos evaluando es un triunfo claro del Frente de Todos y las posibilidades para acceder, en mi caso, es que la oposición no llegue al piso del 35%. Queremos que se pueda invertir la elección de 2017, es decir, obtener cinco senadores y que la oposición se quede con tres. De todas maneras, cada elección es una historia distinta. Estamos hablando de las PASO, de una legislativa. Estamos saliendo de una pandemia, lo que significa cierta reticencia de la gente a participar por razones sanitarias, porque está cansada, harta de la situación.

¿Por qué es tan importante para el gobierno de Axel Kicillof tener mayoría en la Legislatura?

-El gobierno necesita tener mayoría porque la asignación de recursos y el presupuesto pasa por el Senado, la designación de los jueces pasa por el Senado. La mayoría hoy está en manos de Juntos por el Cambio y las internas que tienen ellos mismos complican muchas veces la negociación. Tenemos que estar supeditados a la resolución de sus propias internas, a las negociaciones propias de ese bloque tan heterogéneo, para poder acordar una política de Estado. A ver: las vacantes de jueces existen, hay que cubrirlas y nos tenemos que poner de acuerdo; la reasignación de presupuestos y de partidas también, porque la dinámica de la sociedad es así. Entonces me parece que es importante que el gobernador tenga una mayoría que lo acompañe, no estar condicionado, no porque no haya diálogo y porque no se generen consensos, pero a veces en épocas electorales es difícil. La marca es la cantidad de veces que sesionó el Senado este año. Cuando la interna es la que domina el escenario se hace difícil establecer políticas públicas.

-Hay un alto porcentaje de indecisos, muchos dudan de ir a votar, otros están enojados con el gobierno. ¿Cuál es el mensaje para ellos?

-Entendemos que es así y por eso nosotros estamos saliendo, hace ya tiempo, poniendo la cara, hablando con la gente, explicándole que esta no es una elección legislativa común y corriente. Es una elección importante porque estamos saliendo de la pandemia y hay muchos sectores de poder en la Argentina, sectores concentrados, que son el poder real, que están interesados en sacarle sentido a la política. Son esos actores que, a veces, están escondidos, disfrazados, que no salen en la TV, pero que son grupos de poder que fueron beneficiados durante el gobierno de Mauricio Macri y que hoy se sienten amedrentados o amenazados. Ante esa situación, primero atacan al peronismo o al Frente de Todos y, luego, avanzan sobre la política. La política tiene razón de ser si la gente forma parte de esto, no como observadora, sino participando, discutiendo, recreando opinión, logrando niveles de acuerdo y consenso, pero fundamentalmente con una mística que permita soñar con una Argentina mejor y con todo el mundo adentro, que es lo que queremos como peronistas.

-¿Qué se pone en juego este domingo?

-El mensaje a la gente es éste: más allá de que están enojados, hay que entender que hay dos proyectos políticos y que están claros. El del Frente de Todos apunta a trabajar por la producción, el trabajo, la justicia social y la inclusión; y el otro que es el que ya gobernó la Argentina cuatro años y que fue nefasto para todos. Nosotros no queremos volver a esa Argentina. Creo que nadie quiere volver y esa es otra de las razones por las que la gente tiene que ir a votar el domingo. Sé que mucha gente quedó cansada, agotada por la pandemia, porque todos fuimos atravesados, lo padecimos, porque seguro tenemos algún fallecido cercano y en general no la pasamos bien porque la situación económica no fue buena. Pero, de a poco, estamos volviendo a una normalidad y se está generando este círculo virtuoso de producción y trabajo que genera riqueza para la Argentina y le da a las familias la posibilidad de planificar un futuro mejor. En este contexto, le decimos a la gente que hay que votar, tienen que participar y lo tienen que hacer en defensa propia porque es para todos, nos involucra a todos. No es una cuestión de «no tengo ganas» o «no me interesa». Nos tenemos que involucrar todos los días un poquito más.