La maniobra de Elisa Carrió fue exitosa: la Cámara Federal de Casación Penal, la máxima instancia penal del país, separó a uno de sus integrantes de las tareas de revisión del expediente que investiga la red de espionaje ilegal que se tramita en Dolores. El afectado es el camarista Alejandro Slokar, quien ya no podrá intervenir más en el caso, luego de que sus compañeros de sala, Guillermo Yacobucci y Angela Ledesma, hicieran lugar al planteo de recusación que presentó días atrás la diputada y cofundadora de Cambiemos. En un movimiento simultáneo, Casación allanó el camino para quitarle la causa al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, en un futuro cercano. 

El desplazamiento de Slokar abre la puerta para que el oficialismo cubra la vacante con magistrados de la Casación que sintonizan con las necesidades políticas del Gobierno. La intervención oficial, en este caso, se dio a través de Carrió, que pidió la separación del magistrado echando mano de una vieja denuncia contra el camarista, que hoy mismo fue desestimada por el Consejo de la Magistratura. Es decir: la Cámara separó al juez por un planteo de incompetencia basado en un expediente que ya no existe.

La maniobra de Carrió para separar a Ramos Padilla

Además de separar a su colega, Yacobucci y Ledesma allanaron la posibilidad de que en un tiempo no muy lejano se le quite la causa a Ramos Padilla, al remarcar que la Cámara de Mar del Plata “ha señalado reiteradamente, y de modo inusual, la notoria provisoriedad de la competencia atribuida”. La mención expresa al status de “provisoria” que la Cámara le dio a la investigación que se sigue en Dolores estimula los planteos de incompetencia con el que varios imputados pretenden sacarle la causa a Ramos Padilla, como el que hizo el fiscal Carlos Stornelli, cuya situación de “rebeldía” hoy fue ratificada por Casación.