A mediados de noviembre, el Concejo deliberante de Rosario aprobó por unanimidad un proyecto que prohíbe el uso de glifosato en la localidad santafecina. La norma sólo duró dos semanas ya que, tras 15 días de un fuerte lobby de los empresarios sojeros, los legisladores del PRO y del oficialista Partido Socialista presentaron en un polémico trámite exprés un proyecto para modificar la ordenanza que se tratará la semana próxima.

El proyecto se presentó horas después de que los principales referentes de los empresarios sojeros (Aapresid, Acsoja y la Bolsa de Comercio) se reunieran con los presidentes de Bloque del Concejo para reclamar una audiencia pública que revisara la prohibición del Glifosato.

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De ese encuentro, los legisladores salieron con un proyecto para modificar la norma que fue presentado por el concejal Carlos Cardozo (PRO) y permitir la utilización del Glifosato si se respeta un protocolo de aplicación en la ciudad. El texto se tratará el martes en la comisión de Ecología y el próximo jueves llegaría al recinto.

La explicación del PRO al día siguiente fue que se habían apresurado a aprobar la norma anterior. Así lo señaló Cardozo: “Primó el sentido común sobre una cuestión apresurada que quizás resultaba muy simpática para afuera pero traía consecuencias muy importantes”, se justificó. 


La sesión que siguió al encuentro no fue menos polémica, denunciada por los concejales de Ciudad Futura y del Frente para la Victoria. «Es una vergüenza lo que hicieron, no puede ser que las fuerzas políticas que quieren gobernar la ciudad a los 15 días se arrepientan de lo que votan y den marcha atrás”, manifestó a Rosario 12 la concejala Caren Tepp (Ciudad Futura) y agregó: “Esto demuestra que el pacto de gobernabilidad entre el socialismo y el PRO está más vigente que nunca, y además muestra cada vez más el acercamiento político e ideológico entre ellos al estar cediendo ante las presiones políticas de los grupos económicos y corporativos de la ciudad».