Este sábado a las 16, la organización H.I.J.O.S. Capital realiza un escrache a la casa del genocida Jorge Luis Magnacco, médico y partero del centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA.

Magnacco participó en al menos diez partos en cautiverio en la ESMA y fue condenado en juicios por delitos de lesa humanidad por su participación en el plan sistemático de robo de bebés.

La marcha fue convocada desde Tribunales (Talcahuano y Tucumán) hasta la casa del genocida, beneficiado con la libertad condicional a fines del año pasado.

Con la sentencia en el megajuicio de la ESMA en diciembre de 2017, se produjo una nueva condena a Magnacco, quien recibió una pena unificada en 24 años. Al haber cumplido los dos tercios, pidió el beneficio de la libertad condicional y fue otorgado por los jueces Daniel Obligado y Adriana Palliotti, del TOF 5.

“Esto implica que el genocida no cumplirá el total de su condena en una cárcel, como debería. Ahora está libre, con condiciones. Puede salir de su casa, ir a cualquier comercio, incluso a la plaza que queda a media cuadra de su casa, donde hay niños y niñas jugando”, señalaron desde H.I.J.O.S.

“Por testimonios de sobrevivientes, se supo que Magnacco participó en al menos diez partos en cautiverio en la ESMA. Sus madres fueron detenidas-desaparecidas embarazadas y sus cuerpos siguen desaparecidos. Magnacco fue condenado en la Argentina por su participación en el plan represivo de la ESMA, específicamente por el plan sistemático de robo de bebés”, señaló la agrupación en un comunicado y recordó que Magnacco es un capitán de navío retirado y médico de la Armada que integró el Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA, con Alfredo Astiz y Jorge “El Tigre” Acosta, entre otros genocidas”.

Según los testimonios de sobrevivientes y las condenas judiciales, Magnacco participó en la ESMA en los partos de: Evelin Baurer Pegoraro, Victoria Donda, Guillermo Pérez Roinsiblit, Juan Cabandié Alfonsín, Ezequiel Rochistein Tauro, Jorge Castro Rubel, Federico Pereyra Cagnola, Javier Penino Viñas, Emiliano Hueravillo y la nieta 127 (Poblete Moyano).

Sobre por qué la necesidad del escrache, desde la agrupación de Derechos Humanos recordaron que en los 90’s, Magnacco fue el primer escrachado por H.I.J.O.S. “Estaba impune, en su casa y trabajando en el Sanatorio Mitre y el Hospital Naval. La condena social tenía que ir al barrio para que todos y todas supieran que ahí estaba un genocida”, explicaron.

“Ahora, lo volveremos a escrachar para seguir construyendo condena social en el barrio, porque el único lugar para un genocida es la cárcel. La participación de Magnacco en la ESMA fue absolutamente necesaria para concretar el robo de bebés. Las mujeres detenidas-desaparecidas embarazadas tuvieron a sus hijos e hijas en condiciones inhumanas y Magnacco estaba ahí”, finalizaron.