El epicentro de la pandemia ya no es América Latina, y las miradas vuelven hacia Europa, en donde gran parte de los países atraviesan una nueva ola de contagios, si bien por el momento la magnitud de infectados no se traduce en la misma cantidad de muertes que las olas pasadas. Argentina, por ahora, acumula unos cuatro meses con cierta calma, que trajo aparejada la sucesión de medidas de relajamiento. Esta semana, sin ir más lejos, se decidió quitar la obligación de tomar temperatura y rociar con alcohol.

¿Cuál es la diferencia entre la Argentina y el Viejo Continente? No es sólo el factor climático (aquí se viven jornadas calurosas que permiten ventilar o realizar encuentros al aire libre, y allí están a las puertas del invierno), porque Brasil, por ejemplo, sufrió crecida de casos en épocas de altas temperaturas. El factor central es la vacuna: hoy nuestro país está alcanzando el 79% de la población con al menos una dosis. Representa el mismo porcentaje que Uruguay, Canadá y Japón, y en Europa sólo es superado por Portugal (89%) y España (82%).

También depende qué vacunas se aplican en cada lugar. Chile, por caso, llega a un 87% de población inmunizada, pero lo hizo con Sinovac, la vacuna que más baja eficacia demostró, apenas superior al 50% (el mínimo estipulado por la OMS), y se desconoce aún cómo actúa frente a las nuevas cepas. El país trasandino vive días de alza de casos con más de 2400 contagios diarios.

Para tomar magnitud de dónde está Argentina, se puede observar a otros países: Italia posee el 78% de población vacunada con al menos una dosis, Francia y Brasil, el 76%; Reino Unido, el 74%; Alemania, el 69%; Estados Unidos, el 67%; México, el 63%; y Rusia el 41 por ciento. El hecho de que otras  naciones no aumenten su vacunación no es solo un problema para ese Estado en particular. El mayor riesgo es que surja en ellos una nueva variante más resistente a las vacunas. Por eso las potencias empezaron a donar dosis (Argentina recibió 7 millones de Estados Unidos, Canadá y España), y esta semana, el gobierno nacional decretó la donación de casi un millón de vacunas AstraZeneca a Vietnam, Mozambique, Dominica, Santa Lucía, y San Vicente y las Granadinas.

El gran salto de la vacunación argentina se dio con la aprobación de Sinopharm en menores de 3 a 11 años, lo que posibilitó inmunizar a más del 10% de la población: hace un mes había 30,3 millones de vacunados con una dosis. Hoy, son 35,5 millones. Aún así, 6 de cada diez menores de 11 años aún no se vacunaron. En adultos la respuesta a las vacunas fue superior al 92 por ciento.

El avance del plan de inmunización también mejoró los números de Argentina respecto a su tasa de fallecidos. El científico y biotecnólogo  Ernesto Resnik remarcó: «El juego de ‘más muertos por millón’ siempre fue complejo, pero ‘Argentina está entre los 10 peores’ fue muy usado políticamente. Argentina ya no está en los 10, y con los datos de muertes por Covid no-reportados en el mundo, Argentina ya no está ni en los primeros 30».

El bioquímico y analista de datos Santiago Olszevicki se refirió en sus redes a la actualidad en Europa. Mencionó que Alemania vive récord de casos de Delta: «Las muertes suben, pero no como vimos en otras olas». Y en cuanto a los Países Bajos, graficó que «en septiembre fueron hospitalizadas por coronavirus 1369 personas. El 73% de ellos (y el 83% de los que requirieron UTI) eran no vacunados, con el 75% de la población vacunada. La vida ‘post-pandemia’ con muchos casos es muy peligrosa para quienes no se vacunaron».

Letonia es uno de los países europeos que transitó días más álgidos en las últimas semanas. Con récord de muertes que superaban las registradas en enero pasado, el 19 de octubre el gobierno decretó cuarentena y toque de queda. Habían aumentado un 49% los casos en una semana. Hasta el presidente se contagió.

Con el 64% de población vacunada, decidieron que los legisladores que no estén inmunizados no pueden trabajar. Ahora los contagios empezaron a bajar. No tanto por las dosis aplicadas sino, nuevamente, como se comprobó en el resto del mundo (incluida Argentina), fueron las medidas de restricción las que posibilitaron un rápido descenso de los infectados. «