Raúl Ricardo Espinoza podrá salir de su casa de la calle 21C al 900 y pasearse libremente por City Bell. La Justicia federal de La Plata consideró que cumplió el tiempo suficiente de detención y lo excarceló. En esa casa de la localidad platense cumplía detención domiciliaria por la condena a 13 años por los crímenes cometidos en el centro clandestino de detención de La Cacha, entre ellos, el secuestro y homicidio de Laura Carlotto, la hija de la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

El ex personal civil del Destacamento de Inteligencia 101 había sido condenado a 13 años de prisión por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de La Plata en el juicio por los crímenes de La Cacha, un debate emblemático durante el cual Carlotto encontró a su nieto Ignacio Guido Carlotto.

Durante el juicio, los testigos lo habían identificado como uno de los guardias del centro clandestino que utilizaba el apodo de “Jota”. En la sentencia de ese proceso, los jueces Carlos Rozanski, Pablo Vega y Pablo Jantus, lo consideraron a cómplice del delito de genocidio cometido en la argentina y como “partícipe secundario” de los secuestros y las torturas de 77 víctimas y de los asesinatos de Laura Carlotto y Olga Noemí Casado, ambas ultimadas tras dar a luz a sus hijos.

De los jueces que lo condenaron, solo uno lo excarceló. El fallo, al que accedió Tiempoar, lleva las firmas de los jueces del TOF1 Alejandro Daniel Esmoris, German Andrés Castelli y Vega, quien redactó la decisión a la que adhirieron sus colegas.

El texto considera que Espinoza “fue detenido el 19 de febrero de 2010, permaneciendo ininterrumpidamente en esa situación hasta la actualidad, por lo que, a tenor de la condena no firme de trece (13) años de prisión, el 18 de octubre del corriente año cumplió con la condición temporal para acceder a la excarcelación en los términos de la libertad condicional”.

Además, el fallo resalta que “del informe técnico criminológico se desprende claramente que Espinoza posee conducta ejemplar diez y concepto muy bueno”. En sus argumentos el juez citó al ex ministro de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni, y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

El represor llevaba 8 años y ocho meses tras las rejas, pese a que los últimos años los cumplió en su casa, donde obtuvo permiso para visitar familiares.  

La Cacha

El centro clandestino de detención La Cacha funcionó en 1977 y 1978 en una planta transmisora en desuso de la emisora estatal Radio Provincia, que el entonces Ministro de Gobierno Jaime Lamont Smart cedió al Servicio Peniteniciario. Estaba ubicada junto a las Unidades 1 y 8 del Penal de Olmos, en las afueras de La Plata.   

Al centro clandestino de detención le pusieron ese nombre por el personaje de la tira Hijitus, de García Ferré: la Bruja Cachavacha, la que tenía “la escoba que barre y borra” que hacía desaparecer a los niños.

En ese centro clandestino fue llevada Laura Carlotto. Cuando fue secuestrada, en 1976, militaba en Montoneros y estaba embarazada de 2 meses y medio. Según se pudo reconstruir, estuvo también detenida en el centro clandestino de detención de «El Casco». El 26 de junio de 1978 en el Hospital Militar Central Dr. Cosme Argerich parió un bebe al que llamó Guido, como su papá. Fue asesinada el 25 de agosto de ese año.

Jota Jota

Raúl Ricardo Espinoza era empleado de una empresa de seguridad de la Capital Federal cuando lo detuvieron el 19 de febrero de 2010. Según se reconstruyó en el juicio por La Cacha, revistó en el Grupo de Actividades Especiales del Destacamento 101 y actuó como guardia del centro clandestino bajo el apodo de “Jota”, nombre que había elegido por su ídolo futbolístico, el riverplatense “Jota Jota” López.

El Grupo Actividades Especiales, al cual pertenecía Espinoza, era un grupo operativo que llevaba adelante los allanamientos y secuestros de las víctimas que luego eran trasladadas al CCD, recordaron los fiscales del juicio cuando recurrieron la condena del TOF1 por considerarla escasa. En 1976, Espinoza se inscribió en la carrera de Odontología de la Universidad Nacional de La Plata, donde comenzó a ejercer como espía. En el juicio, cuatro víctimas lo reconocieron como uno de los guardias de La Cacha.

Fue condenado el 24 de octubre de 2014 junto a Claudio Grande y Rufino Batalla, otros dos civiles que revistaban como Personal Civil de Inteligencia (PCI) en el Destacamento 101, que  actuó en la subzona militar 11, que dependía del Primer Cuerpo del Ejército y el Batallón de Inteligencia 101.

Raúl Ricardo Espinoza, nacido en Zapala, Neuquén, vivió más de treinta años impune por sus crímenes en La Cacha hasta ser detenido. El 20 de septiembre, hace poco más de un mes, cumplió 64 años. Solo uno más que los años que tendría hoy Laura Carlotto.