La aparición de Mauricio Macri en el predio que simboliza a la gran burguesía terrateniente de la Argentina puso en evidencia las demandas de ese sector. Lo que se imaginan para los años que vienen. El propio presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere, reflejó en su discurso que el agradecimiento a Macri por los pilares de su programa económico: mencionó la reducción y eliminación de retenciones, la unificación del tipo de cambio, la salida del cepo cambiario y el acuerdo con los fondos buitre. Pero Etchevehere también advirtió que el respaldo entusiasta del «campo» –la SRA se considera su portavoz natural- no debe leerse como el seguimiento «a un dirigente o a un partido», sino el apoyo a un «sistema de ideas y principios, con independencia de quienes gobiernen». 

Algo similar había planteado hace tres semanas en un reportaje en Clarín el diplomático estadounidense Kevin Sullivan, encargado de negocios en Buenos Aires y designado embajador de su país ante la OEA. Ayer, en la Rural, Etchevehere mostró una sintonía absoluta con esa opción por los acuerdos inter-partidarios. Macri y su esposa Juliana Awada, con su entrañable hija Antonia siempre en primer plano –cuestiones del cuidado de la imagen aprendidas de Jaime Duran Barba-, se sentaron en la primera fila del palco oficial. El sitio de honor también fue ocupado por la gobernadora María Eugenia Vidal, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, y los titulares de otras entidades del campo y ex presidentes de la SRA. Vestidos de etiqueta o de traje, se pudo ver al ex titular de Coninagro, Carlos Garetto; al ex presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Mario Llambías, y a Rubén Ferrero, hoy a cargo de la CRA. Con Macri había llegado una numerosa delegación de su gobierno. Eran los ministros Alfonso Prat-Gay (Economía), Rogelio Frigerio (Interior), Ricardo Buryaile (Agroindustria), Guillermo Dietrich (Transporte) y Esteban Bullrich (Educación); la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso; el embajador en Montevideo, Guillermo Montenegro; el gremialista Gerónimo «Momo» Venegas (peones rurales) y el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza. 

A diferencia de otras inauguraciones en el predio de Palermo, el 150 aniversario de la fundación de la SRA sorprendió por la baja o nula presencia de dirigentes ajenos al macrismo. La guardia periodística que observaba la salida de invitados hacia el acceso de Oro y Juncal se resignó a ver desfilar delante de las cámaras sólo al diputado Marco Lavagna (massismo) y el ex intendente de San Martín y ex diputado ligado al partido Fe, Carlos Brown.