El diputado nacional Federico Fagioli (Frente de Todos – Frente Patria Grande) vivió momentos de angustia y tención al haber sido retenido en La Paz, por autoridades del gobierno de facto de Jeanine Áñez.

El senador Guillermo Snopek, el diputado Leonardo Grosso, la diputada Paula Penacca y la directora de Diplomacia Parlamentaria, Soledad Magno y Fagioli fueron invitados por la presidenta del Senado de Bolivia, Eva Copa, como veedores de acompañamiento electoral internacional para las elecciones bolivianas, que finalizaron con el rotundo triunfo de Luis Arce, candidato del Movimiento Al Socialismo (MAS), partido liderado por el presidente depuesto Evo Morales.

-¿Cómo fue el momento de la detención?

-Fue una aberración. Entramos a Bolivia por Cochabamba sin problemas. Cuando llegamos a La Paz, nos recibió Murillo (Arturo, designado Ministro de Gobierno por la dictadora Áñez), con la policía porque decían que no era bienvenido al país. Me enorgullece ser considerado persona no grata para el gobierno golpista.

-¿De qué te acusaron?

-Me acusaron de haber cometido delitos de lesa humanidad. Una locura. Como nos negamos a admitir eso, recurrieron a la fuerza, intentaron separarme y meterme a una camioneta con vidrios polarizados que no tenía identificación. Imaginate lo que fue para mí ver que las fuerzas represivas de una dictadura me quería meter en una camioneta de esas características.

-¿A qué pensás que se debió ese ensañamiento?

-En noviembre del año pasado, vine en el marco de una comitiva por la paz, con organismos de derechos humanos, a hacer un registro y una evaluación de lo que acontecía en Bolivia y elevamos un informe a organismos internacionales denunciando el golpe cívico militar, las violaciones a los derechos humanos y delitos de lesa humanidad. Denunciamos que estaban torturando familias, que hubo violaciones de menores y una serie de cuestiones de mucha gravedad que recogimos de entrevistas durante nuestra misión. Entonces, tenían una lista y una foto mía en un celular. Claramente, me estaban esperando.

-¿Cómo se resolvió la situación?

-Después de muchas horas de negociación, se destrabó a partir de la intervención de distintos organismos. Primero, todo nuestro gobierno trabajó para negociar, para asegurarse de que nos larguen, y después el conflicto tomó escala mundial. Hubo pedidos de liberación del Tribunal Superior Electoral de Bolivia, llamó (Luis) Almagro, secretario general de la OEA, llamaron de la ONU. Y ahí, por suerte, se destrabó.

-¿Cómo siguieron, a partir de esa situación?

-Con todos los recaudos y recomendaciones de nuestro gobierno, llevamos adelante la tarea como veedores. Fue una experiencia maravillosa, un magnífico acto electoral, masivo y transparente. El pueblo boliviano celebró una fiesta democrática. El resultado de la amplia diferencia del MAS mostró que el pueblo boliviano quiere volver a avanzar en una Bolivia de crecimiento y que abogue para una Latinoamérica Unida.

-¿De vuelta en Argentina, en qué proyectos estás trabajando?

-Tenemos que trabajar en políticas públicas y leyes que nos permitan volver a desarrollar la Argentina. Desde nuestro lugar, los últimos dos proyectos que presentamos son los de cupo de vivienda para personas travesti-trans y el de personas en situación de calle, que buscan garantizar la vivienda para sectores marginados de la sociedad. Además, seguiremos impulsando proyectos que presentamos hace un tiempo; uno de protección de territorios periurbanos productivos y uno de conectividad en los barrios populares, la agricultura familiar y los pueblos originarios. Siempre, con el eje puesto en el acceso a la tierra y en brindar herramientas a los sectores más postergados de la Argentina.