La tan asegurada votación a favor del proyecto antitarifazo quedó, luego de una semana llena de escaramuzas entre el gobierno nacional, los gobernadores y los senadores, con un inesperado final abierto de cara a la votación de este miércoles que se llevará a cabo en la Cámara Alta. Al protagonismo único que tenía el proyecto original que tiene media sanción de Diputados, se le sumó el de Cambiemos que propone reducir el IVA en las facturas de los servicios y, como si fuera poco, una tercera iniciativa que propone traspasar Edenor y Edesur a sus respectivos distritos, donde gobiernan Horacio Rodríguez Larreta y María Euegnia Vidal.

Si bien según los cálculos más conservadores de los integrantes del Bloque Argentina Federal, que preside Miguel Ángel Pichetto, se ratificará el proyecto que llegó con media sanción de Diputados, algunos senadores que lo integran aseguran que es muy probable que se introduzcan cambios, como la reducción del IVA al 10,5% en la factura de los servicios, lo que devolvería el proyecto a la Cámara de origen.

El juego a dos puntas del gobierno nacional generó un pequeño cimbronazo en la férrea alianza que existe entre Pichetto y Rodolfo Urtubey. Es que luego de la reunión entre el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, y el presidente Mauricio Macri, el lunes por la noche, donde se acordó la reducción del impuesto, el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo suspendió el encuentro que iba a mantener el martes por la mañana junto a Pichetto y el cordobés Carlos Caserio. En cambio, esa tarde presentó el proyecto acordado en el plenario de comisiones. El enojo de Pichetto fue visible. Primero, por el desplante de Pinedo, y luego porque su bloque iba a mostrar grietas internas con la firma en disidencia de cuatro senadores, el propio hermano del gobernador salteño, Carlos «Camau» Espínola, Guillermo Snopek y Dalmacio Mera, primo de los Urtubey.

Estas mismas cuatro firmas díscolas figuran ahora también en un proyecto de autoría de Caserio, que podría entrar en la comisión de Presupuesto o en la de Energía el martes, y que propone traspasar las empresas de energía que proveen a la Ciudad y a la provincia de Buenos Aires a sus respectivos distritos. Algunos especulan con que este proyecto, nacido al calor de las discusiones entre los gobernadores y la nación, servirá como herramienta para que Cambiemos se haga responsable del aumento de las tarifas en los principales distritos que gobierna, y que el costo político lo pague el oficialismo.

«Es hora de que se termine el doble discurso y se trate con igualdad a todos los habitantes del país. Por eso exigimos equidad tarifaria. No puede ser que a la Capital Federal y los alrededores se los siga subsidiando mientras que el interior del país paga sin subsidio todos los servicios», se quejó Casserio en diálogo con Tiempo.

Otro que también se queja de que sólo los usuarios de la región del AMBA se verían beneficiados con «el retorno de los subsidios» votado en Diputados es Rodolfo Urtubey, quien, en declaraciones radiales, adelantó que es muy probable que su bloque vote de manera conjunta con Cambiemos el proyecto que promueve la reducción del IVA. De esta manera también se evitarían tener que votar un proyecto de manera conjunta con los diez diputados del bloque PJ-FpV, que preside Marcelo Fuentes e integra Cristina Fernández.

Sin embargo, la propuesta consensuada entre el gobernador Urtubey y Macri no cayó bien en otros gobernadores y senadores. «Se cortó solo», se quejaron. Es que el propio bloque de Argentina Federal se convirtió en arena de batalla de una discusión que no puede saldar hacia adentro, porque también hay diferencias entre los mandatarios de provincias peronistas, en particular, entre los que tienen más espalda para resistir la merma de ingresos provenientes del IVA (Salta y Córdoba), y las provincias más pobres, que no quieren saber nada con la reducción del impuesto.

Incluso para un senador preocupado por quedar en el medio de la discusión entre los Ejecutivos nacional y provinciales, no tiene sentido negociar la reducción del IVA porque analiza que ni el propio gobierno central puede darse el lujo de resignar recaudar impuestos en medio de la negociación con el FMI. «No lo veo muy interesado al gobierno en que salga un proyecto consensuado, además el propio Macri ya asumió el costo político de adelantar su veto». Alzó los hombros y sostuvo: «No sé qué va a pasar el miércoles, todavía hay mucha incertidumbre». «