El presidente Mauricio Macri ingresó a las 10 a la Catedral metropolitana acompañado por la primera dama Juliana Awada, y todo su gabinete.

Tras colocar la ofrenda floral donde yacen los restos del General San Martín, escuchó en primera fila la homilía del Arzobispo de Buenos Aires Mario Poli.

El arzobispo afirmó que «la inequidad genera violencia» y, si bien valoró las estadísticas oficiales al referirse a la pobreza en el país, subrayó que «los porcentajes invisibilizan el dolor de las familias» y afirmó que «nadie puede sentirse excluido de hacer algo por el prójimo».

El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, recordó hoy que «no puede haber realidad social que no pueda ser redimida, cambiada para bien», y pidió «dejarnos interpelar por la realidad humana que vivimos», reconociendo que muchos puedan pensar que «no hay motivo para una fiesta patria cuando buena parte del pueblo no está invitado», porque «carece» de las condiciones «para una vida digna».

Una vez concluida la ceremonia, Macri y su gabinete volvió a la Casa Rosada para encabezar un almuerzo con organizaciones barriales y sociales convocadas por la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley.

El tradicional locro patrio y los pastelitos de dulce de membrillo se servirán en el Museo Casa Rosada, ya que ante el pronóstico de lluvia se decidió hacerlo en ese lugar y no en la Residencia Presidencial de Olivos.