“Vamos a recuperar la Esma, pero antes yo voy a ir con los sobrevivientes”. La frase del presidente Néstor Kirchner quedó repicando como un eco en la memoria de Lila Pastoriza. Se la escuchó decir poco antes del 19 de marzo de 2004, el día en que esa promesa se hizo realidad y Kirchner junto a un grupo de exdetenidos desaparecidos realizó una visita especial, sin acceso de medios de comunicación ni público, cinco días antes del histórico 24 de marzo en el que se firmó el decreto por el cual se recuperaría la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) como un Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos. Este martes se cumplieron 15 años y un grupo de sobrevivientes recordó aquella primera recorrida.

“El día que vinimos la primera vez, el 19 de marzo de hace 15 años, era un día que, por momentos, nos parecía que estábamos soñando. Ibamos caminando por la calle que bordea Libertador con las autoridades nacionales, con el Presidente, en un día de sol y por un lugar lleno de flores, por el mismo lugar por donde entraban los coches con su carga de secuestrados, cosa que habíamos pasado todos nosotros. Para nosotros, los sobrevivientes, era irreal”, recordó Pastoriza en el Salón de los Pañuelos Blancos, lo que antes era el quincho de la Esma.

Con ella, otros sobrevivientes reconstruyeron aquella recorrida inicial. Los exdetenidos desaparecidos Miriam Lewin, Ana Soffiantini, Alfredo “Mantecol” Ayala y Manuel Franco, junto a Gabriela Alegre, integrante de la Asociación Buena Memoria y exsecretaria de Derechos Humanos de la Ciudad, participaron de la actividad que organizó este martes el Directorio de Organismos de Derechos Humanos del Espacio de Memoria como parte de las actividades por el Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia.

«La Visita del 19». Así la recuerdan porque fue el primer paso antes del 24 de marzo de 2004, cinco días después, cuando una multitud ingresó a la Esma y desde allí Néstor Kirchner pidió perdón en nombre del Estado “por la vergüenza de haber callado durante 20 años de democracia tantas atrocidades”.

Gabriela Alegre recordó que todo comenzó en una reunión en la Casa Rosada en diciembre de 2003. Ese día los organismos de derechos humanos estaban en Plaza de Mayo por la Marcha de la Resistencia, Kirchner los llamó, los recibió y preguntó cuáles eran los problemas que había que resolver. Eran muchos y tomó nota. Uno fue la necesidad de recuperar la Esma.

El presidente volvió a convocarlos el 9 de febrero y anunció la recuperación del espacio a los organismos. El 19 de marzo ingresaron al predio Kirchner, la senadora Cristina Fernádez, el secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y un grupo de sobrevivientes.

“Me acuerdo de la emoción de Néstor y de Cristina”, recordó ayer Miriam Lewin. “Estaban absolutamente agobiados, angustiados y en silencio. Había una situación de respeto y escucha hacia lo que contábamos”, dijo.

Para la periodista, aquella recorrida fue un punto de inflexión en la historia argentina: “Era la primera vez que sucedía algo así y se estaban reanudando los juicios después de 20 años de impunidad y sin un solo hecho de venganza”.

La Visita del 19 fue a puertas cerradas, sin prensa y con un grupo de padres de cadetes que se oponían al traslado de la Esma gritando y agitando pancartas desde Avenida del Libertador. El carácter privado fue por decisión de Kirchner, que no quería que nadie interpretara una intencionalidad política.

Las únicas fotos que registraron la recorrida las hicieron, desde la calle, los medios que convocaron los padres por la protesta. Durante la charla de este martes en el Salón de los Pañuelos Blancos se proyectaron esas imágenes, que sirvieron de escenografía a los relatos de los sobrevivientes.

“Cuando entramos al Casino de Oficiales (NdR: donde durante la dictadura funcionó el centro de detención, hoy museo) nos embargó una suerte de frenesí: andábamos en grupos de dos o tres buscando las modificaciones que habían hecho los milicos para que no pudiéramos reconocer el lugar por el que habíamos circulado con los ojos vendados”, contó Lewin.

Y completó: “Fue la primera vez que entramos y salimos libres de ese lugar”.

Antes del recuerdo, Lila Pastoriza retomó lo político y planteó que la recuperación de la Esma fue producto del trabajo de los organismos de Derechos Humanos, aunque en todo el proceso fue sustancial la decisión de Kirchner. “Estaba convencido. Era un tipo genuino”, insistió.

También por eso subrayó la decisión presidencial de convocar a los exdetenidos. “Los sobrevivientes teníamos mala prensa. Éramos sospechados. La convocatoria de Néstor fue para nosotros muy importante, lo vivimos como un reconocimiento”, dijo.

“Esa visita recuperó algo que nos había ayudado a sobrevivir ahí dentro: la solidaridad entre nosotros, el apoyo para no caer. Todo eso apareció ahí, ese día cuando entramos de la mano”, cerró.

«Mantecol» era dirigente del Movimiento Villero Peronista y tenía a cargo la organización de 37 asentamientos cuando fue secuestrado en la Esma en septiembre de 1977. En la reconstrucción de la Visita del 19 recordó el llamado telefónico del presidente, el abrazo que le dio Néstor y la invitación a visitar la Casa Rosada, todos episodios que vivió como actos de reparación.

“Nosotros hicimos lo que había que hacer: sobrevivir, ganarle la vida al enemigo”, reflexionó. Y completó: “Hay que defender el espacio de la Esma. Acá estuvimos secuestrados y la única prueba que tenemos son estas paredes”.

El 19 de marzo de 2004 también participaron de la histórica recorrida otros sobrevivientes, entre ellos Martin Gras, Ricardo Coquet, Andrés Castillo, Elisa Tokar, Graciela Daleo, Carlos Garcia, Alfredo Margari, Liliana Gardella, Rolando Pissarelo, Maria Del Huerto Milesi, Nilda Actis, Enrique Fukman, Carlos Lordkipanidse, Lazaro Gladstein, Andrea Bello, Adriana Clemente, Mario Villani, Víctor Basterra, Osvaldo Barros, Susana Leiracha De Barros, Marisa Sadi, Ana Maria Testa y Manuel Franco.