Cuatro años atrás, entre el festejo a puro baile por el triunfo electoral, Mauricio Macri pronunciaba una frase que se convertiría en parte del ADN de su gobierno: «Volvimos al mundo». Aquella promesa tuvo una puesta en escena, entre eufórica y exaltada, en la cumbre del G20 que se celebró en Buenos Aires, cuando el anfitrión agasajó a los jefes de Estado de las potencias y de las naciones que participan del foro. Fue un espectáculo de gala –Argentum– que representó al país, o intentó hacerlo, en el Teatro Colón. Entonces era difícil pensar que apenas nueve meses más tarde, a una semana de las PASO, las principales embajadas extranjeras en el país estarían muy activas en el tejido de lazos y el intercambio de información con el principal espacio opositor: el Frente de Todos. Porque eso es lo que sucede en estos días. Tanto Estados Unidos como China y la Federación Rusa, al igual que los países de la Unión Europea con mayor tradición en el vínculo con la Argentina, vienen siguiendo con suma atención la consolidación de la candidatura de Alberto Fernández y las chances ciertas de que se convierta en el próximo presidente.

Vaya un ejemplo: en la semana que pasó, algunos dirigentes del Frente de Todos con experiencia en el ámbito de las relaciones internacionales protagonizaron otro capítulo de un mecanismo de consulta extraoficial establecido con personal de la Embajada de Estados Unidos que permite compartir impresiones de la coyuntura entre emisarios del peronismo, por la Argentina, y funcionarios del Departamento de Estado, por Washington. Se trata de un canal informal, basado en conversaciones discretas, que no se publicitan ni fotografían, pero que facilita el intercambio de mensajes hacia uno y otro lado. Los interlocutores que representaban al frente conformado en torno al PJ escucharon de la contraparte que Estados Unidos pretende mantener relaciones estratégicas y privilegiadas con el gobierno argentino que sea electo para el período 2019-2023. No es la primera vez que miembros de la delegación estadounidense de la avenida Colombia dialogan con especialistas en temas internacionales ligados orgánicamente al PJ.

La sucesión de las consultas, que se hace más frecuente a medida que avanza el calendario electoral, no se limita a los delegados de Washington. Según pudo saber Tiempo, representantes de la República Popular de China también han mantenido conversaciones con dirigentes del justicialismo: en esas charlas hicieron su aporte empresarios argentinos con inversiones en los rubros de la publicidad y los medios que tienen diálogo con la gran potencia comercial de esta época. Los contactos por parte de las naciones extranjeras para conversar sobre la coyuntura y analizar el futuro inmediato se valen usualmente de las invitaciones oficiales a las celebraciones de las fechas patrias. Si para Estados Unidos la invitación se hace cada 4 de Julio, en el caso de Rusia los festejos se hacen los 12 de Junio, fecha  para la cual se formulan invitaciones a una cena o brindis de agasajo. Este año, por caso, el propio Alberto Fernández asistió al convite en la representación rusa de la calle Rodríguez Peña.

Lo que está claro, a partir de la sucesión de conversaciones y consultas informales con funcionarios de embajadas extranjeras, es que en el mundo no descartan un triunfo opositor en la Argentina. Incluso las principales potencias, a juzgar por sus movimientos, parecen estar preparándose para un cambio de ciclo político en el país. La factibilidad de ese escenario explica por qué empiezan a cobrar importancia las prioridades en materia internacional que viene acordando el peronismo. Este diario consultó sobre esas urgencias a varias personalidades vinculadas al justicialismo que son reconocidas por su labor y su formación en política exterior. Con mínimos matices, todas las voces coincidieron en que lo que urge en este momento es recuperar capacidad de decisión, de soberanía, para la Argentina. Sobre todo por la extrema fragilidad en la que se encuentra el país, dado su sobreendeudamiento. Curiosamente, la otra coincidencia es en la certeza de que esa búsqueda de autonomía debe complementarse con mucho realismo y sin caer en una ideologización de las relaciones internacionales.

Excanciller, actual diputado del Parlasur y con serias chances de suceder a CFK en el Senado si gana el peronismo, Jorge Taiana destacó la importancia del vínculo con Washington. «El gobierno del Frente de Todos va a tener relaciones cordiales, serias, maduras y respetuosas con Estados Unidos. Que históricamente tiene un papel importante para la Argentina, por el intercambio con ellos, por sus inversiones –es nuestro cuarto socio comercial– pero también por el rol que tiene en la necesidad de renegociar los reembolsos, los plazos y las condicionalidades establecidas por el FMI. Persuadir al Fondo de que tiene que dejarnos crecer para poder enfrentar los compromisos financieros es imperioso, y en ese debate será decisivo Estados Unidos», remarcó.

Exembajador ante la OEA y Estados Unidos, titular de la Fundación Embajada Abierta, Jorge Argüello exhortó a actuar bajo los principios de la tercera posición pero sin perder de vista los riesgos que implica «la agresiva disputa chino-estadounidense». «Países vulnerables como Argentina, que comercia con las dos potencias, tendrán que balancear esas relaciones y buscar en la región la defensa en bloque de sus intereses. Todo será frágil sin consenso de las fuerzas parlamentarias mayoritarias, porque al país no le servirá someter su política externa a la brusca oscilación del péndulo ideológico», aseguró.

Exembajadora en EE UU, Cecilia Nahón definió lo que viene como «una política exterior propia, orientada a la producción y el empleo, integrada en la región y que desarrolle relaciones respetuosas y constructivas con el mundo». El analista internacional vinculado al PJ, asesor en el Senado e integrante del espacio Mundo Sur, Marcelo Brignoni, consideró que ante la multipolaridad creciente se necesita «una política exterior soberana, inteligente, que privilegie los intereses nacionales y sin una mirada sesgada en lo ideológico». «