En la mañana del viernes tuvo como principal actividad nada menos que la capacitación del gabinete presidencial; más tarde,  una reunión y luego otra; en medio de ellas, alguna nota de prensa. Así es hoy la vida de Elizabeth Gómez Alcorta, la titular del primer Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Argentina.

Sabe que tiene la gran responsabilidad de encabezar y poner a funcionar una cartera imprescindible en estas épocas de conquistas y de lucha por los derechos de las mujeres. Su gabinete asumió hace apenas unos días y fue diseñado de acuerdo a las necesidades más urgentes en materia de igualdad de derechos, tanto para las mujeres como para las diversidades.

“Volvimos para ser mujeres”, fue el furcio del presidente electo Alberto Fernández la noche del 10 de diciembre en Plaza de Mayo. Ese furcio tenía su sesgo de realidad en un programa de gobierno que ya incluía la creación de este nuevo ministerio.

Un mes después, el Presidente, junto a los más altos estamentos del Poder Ejecutivo, participaron de la primera actividad del nuevo ministerio: la capacitación que exige la ley Micaela que el mismo viernes 10 cumplió un año de promulgación.

“Fue una experiencia histórica y ejemplar. Desde nuestro lugar, con Dora Barrancos nos tocó ser conscientes de que estaban todas las máximas autoridades del Poder Ejecutivo con capacidad de escucha para poder capacitarse en materia de perspectivas de género”, le  cuenta a Tiempo Argentino la ministra Gómez Alcorta. “Para ambas fue una gran responsabilidad pensar los contenidos mínimos que debíamos asegurar, pensados con la lógica de que no sean sólo conceptos abstractos o teóricos sino que se pudieran conectar en las prácticas de las funcionarias y los funcionarios”, agrega.

De acuerdo a lo que cuenta la ministra, hubo una gran aceptación y una devolución satisfactoria de la jornada. “Nadie debe pensar que la capacitación es una cuestión menor o que hay que empezar por quienes tienen menos responsabilidad en la administración.  Por eso nos parecía clave empezar por acá”.

–¿Qué importancia tuvo a nivel social esta capacitación?

–De algún modo, esta capacitación marca la vara para el resto de los funcionarios de las diferentes áreas porque ya nos preguntaron si podíamos replicar en otros ámbitos. El ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad, si bien tiene la responsabilidad en lo que respecta a la aplicación de la ley en los máximos poderes, no tenemos por ahora la capacidad operativa para hacerlo nosotras.A nivel social, somos conscientes de que, a partir de esto, cualquier persona se empezará a preguntar de qué se trata esto en lo que se está capacitando el presidente. Tiene el impacto y el efecto diseminador de generar una pregunta por lo menos sobre “de qué se trata eso”.


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–¿Cuáles son las prioridades que urgen trabajar en la cartera?

– Pensamos el trabajo en tres ejes. Para empezar tenemos que crear un nuevo plan contra las violencias por razones de género porque el plan que había concluyó el 31 diciembre de 2019. Es necesario uno donde se piensen integralmente las violencias, acciones puntuales de prevención y de reparación desde donde podremos abordar un tema tan complejo como lo son las violencias por razones de género.

–En ese sentido, ¿cuál es el trabajo que surge por delante?

–Es un gran desafío. Se trata de darnos una política de igualdad y diversidad desde el ministerio y con cada uno de los demás ministerios. Entonces el trabajo que tenemos por delante, y que es prioritario, va a ser pensar agendas comunes con las otras carteras para que algunas de las brechas de desigualdad comiencen  un camino para su disminución. Pero también hay un tercer eje que está vinculado a la capacitación y que no es sólo la aplicación de la Ley Micaela. Es un punto para pensar una serie de políticas culturales. Sabemos que las desigualdades están arraigadas en estos tipos de manifestaciones culturales y que han sido asignadas por siglos por lo que requiere de fuertes políticas que apunten a esos núcleos de sentido. Ya tuvimos una excelente reunión con el ministro de Cultura (Tristán Bauer) y su equipo, de donde surgieron muchas líneas de acción para poder trabajar en conjunto.

–¿Qué idea tenés de cómo abordar el trabajo en las provincias, teniendo en cuenta que en muchas no hay adhesión al protocolo sobre la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) y tampoco se aplicó la Ley de Educación Sexual Integral?

–Desde el ministerio vamos a realizar una tarea  que tendrá como base un Consejo Federal que convocaremos dentro de un par de semanas, un espacio que tenga la capacidad de pensar políticas en común. Lo cierto es que el protocolo ILE forma parte de la agenda centralmente del Ministerio de Salud, con puntos que coordinamos nosotros. De ese mismo modo, la aplicación de la Educación Sexual Integral es propia del Ministerio de Educación. Estamos trabajando también con la cartera de Nicolás Trotta (ministro de Educación). Tenemos que pensar líneas comunes que estén vinculadas a la cuestión de diseñar planes y programas contra la violencia por razones de género para poder trabajar en redes. Son lineamientos que no pueden ser pensados desde la Nación exclusivamente, ni desde las provincias solamente. Pero sí hay que hacerlo teniendo en cuenta a los municipios que son los lugares de cercanía con los dispositivos que pueden asistir, dar recursos y hacer una intervención integral en casos de violencia. Además estamos convencidos de que es necesario trabajar fuertemente en las líneas de políticas de diversidad. Otro asunto con las provincias será trabajar con ellas para que en los próximos años también hagan la capacitación de la Ley Micaela. Vamos a trabajar para que en los próximos años la capacitación que impone la Ley sea universal.

–La idea de un ministerio de las Mujeres fue bien recibida por todas y todos, ¿qué responsabilidad sentís con ese cargo?

–Generó un amplio consenso en todos y todas. Está vinculado a las luchas de todos estos años, que son históricas, que en muchos casos han peleado en soledad y que hoy lograron que las políticas de género sean parte de la agenda pública y cotidiana de todas las personas. La responsabilidad que siento es, por un lado, la de escuchar a todes, de tener la claridad de una escucha atenta como Estado en este momento en el que fijamos los pilares institucionales, los ladrillos de una política de Estado en la materia. Y que todes se sientan parte de este ministerio porque es una conquista colectiva. Tengo la certeza de que con el equipo maravilloso que construimos y con el que tenemos una enorme convicción de trabajo vamos a estar a la altura de las circunstancias con políticas que ya estamos poniendo en marcha.  «



El nuevo ministerio

El Ministerio de Mujeres, Generos y Diversidad, que conduce Elizabeth Gómez Alcorta, está conformado por tres áreas claves: la Secretaría de Políticas de Igualdad y Diversidad, que está a cargo de Cecilia Merchan; la Secretaría de Políticas contra la violencia por razones de género, a cargo de Josefina Kelly y la subsecretaría de Formación Investigación y Políticas Culturales para la Igualdad que tendrá al frente a Diana Broggi.

Según anunciaron desde la cartera, el objetivo es que desde esta área se trabaje en el diseño y ejecución de una política integral que tienda a la universalización del cuidado para las personas en situación de dependencia y que avance en el reconocimiento, la visibilización y la promoción de la valoración social y económica del cuidado.


¿Qué es la Ley Micaela?

La Ley Micaela fue sancionada en 2018 por el Congreso de la Nación y promulgada el 10 de enero de 2019. Tiene la adhesión de 21 provincias.

La capacitación que establece esta ley, cuyo número es 27.499, comprende a todas las personas que se desempeñan en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de la Nación, en todos sus niveles y jerarquías.

La norma fomenta que las oficinas de capacitación de cada organismo lleven adelante la construcción de materiales y programas nuevos, o adapten los existentes, de acuerdo a la normativa establecida por “las convenciones vinculadas a la temática de género y violencia contra las mujeres suscriptas por el país”.

Además propone la participación de las áreas, programas u oficinas de género, y las organizaciones sindicales como responsables de garantizar la implementación.

En su artículo 8, sostiene que “las personas que se negaren sin justa causa a realizar las capacitaciones previstas en la presente ley serán intimadas en forma fehaciente por la autoridad de aplicación a través y de conformidad con el organismo de que se trate”.

En relación con quienes  trabajan en el sector privado, la capacitación “no es un requisito obligatorio”.

Sin embargo, se sugiere que la sanción de la Ley Micaela y su aplicación sea una oportunidad para capacitar en la temática a todas las organizaciones, empresas, asociaciones e instituciones.

El nombre de la norma es un homenaje a la joven Micaela García, víctima de un brutal femicidio en abril de 2017, en Entre Ríos.

Las personas que quieran obtener información sobre recursos y centros de atención interdisciplinaria cercanos a su domicilio sobre esta cuestión pueden consultar un mapa disponible en el siguiente link https://www.argentina.gob.ar/linea144/mapamujeres