La agrupación Hijas e Hijos por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S) cumple 25 años este martes y la tonicidad de su fibra militante sigue intacta: “El único lugar para los genocidas es la cárcel”, repiten en el contexto de la pandemia de coronavirus que los represores presos aprovechan para pedir la prisión domiciliaria que morigere los efectos de los juicios. El organismo que reúne a los hijos y las hijas de los detenidos desaparecidos durante el terrorismo de Estado en la Argentina nació hace un cuarto de siglo en encuentro en Córdoba. La historia de la agrupación comenzó ese 14 de abril de 1995, cuando la mayoría de esos y esas jóvenes rondaban los 20 años, y se fue consolidando en la lucha contra la impunidad: idearon los escraches cuando no podían acceder a la justicia, llevaron el “Juicio y Castigo” como consigna y participaron activamente cuando se reactivaron los juicios durante el gobierno del presidente Néstor Kirchner.

“H.I.J.O.S  tiene continuidad con la lucha de las Madres y las Abuelas de Plaza de Mayo, pero lo que es rupturista de la agrupación es que vinimos a reivindicar la militancia de nuestros viejos, que era algo que hasta ese momento estaba silenciado, oculto”, dice Ramón Baibiene, hijo de los militantes peronistas Arturo Baibiene y Elba Leonor Ramírez Avella, e integrante de H.I.J.O.S La Plata.  

“Yo creo que lo novedoso fue eso. Y los escraches con esa consigna de que si no hay justicia que entonces el país sea su cárcel, que la condena sea social”, recuerda el abogado que desde diciembre es director provincial de Políticas Reparatorias en la Subsecretaría de Derechos Humanos del gobierno de Axel Kicillof.

En el año 1995 la democracia tenía apenas 12 años, Carlos Menem gobernaba e imponía con Domingo Caballo las políticas económicas neolibeales que había trazado la dictadura y el capitán de Corbeta Adolfo Scilingo confesaba los vuelos de la muerte. En los estudios de televisión los los conductores hegemónicos sentaban en la mesa a torturadores y sus víctimas. Los genocidas estaban libres por el Punto Final, la Obediencia Debida y los indultos.  

En ese contexto nació H.I.J.O.S, en un encuentro en la localidad cordobesa de Río Ceballos, en el que confluyeron jóvenes de entre 18 y 20 años que estaban indagando en la historia de sus padres y madres y que comenzaban a reivindicar sus militancias.

“Hoy con estos 25 años estamos pasando la edad que teníamos cuando nos fundamos”, dice Carlos Pisoni, hijo de los militantes peronistas desaparecidos Rolando Pisoni e Irene Bellocchio e integrante de H.I.J.OS Capital. “Y eso habla de una agrupación que se consolidó con el tiempo -sigue-, que pasó de la victimización a ser una agrupación política, que pasó de la resistencia a militar consignas que hoy son  política de Estado”.

Pisoni mira 25 años hacia atrás y ve cambios: las consignas de juicio y castigo, de Memoria Verdad y Justicia son política de Estado. También es más tangible la felicidad del pueblo, esa utopía por la que militaron en los setenta sus padres y sus madres. “Primero fue Néstor Kirchner, después Cristina y ahora Alberto. Tenemos que estar felices de tener a las Madres y a las Abuelas de Plaza de Mayo y de tener gobiernos que haya hecho de nuestras consignas una política de Estado”, redondeó.

El presidente Alberto Fernández tiene en su gabinete a varios hijos de desaparecidos: Eduardo “Wado” de Pedro, está a cargo de la cartera de Interior; Juan Cabandié, fue designado como ministro de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible; Victoria Donda Pérez, al frente del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), y Horacio Pietragalla, es el secretario de Derechos Humanos. En el último gobierno de Cristina Fernández, la secretaría de derechos humanos estuvo a cargo de Martín Fresneda, hijo de los abogados Tomás Fresneda; María de las Mercedes Argañaraz desaparecidos en la Noche de las Corbatas, y uno de los fundadores de H.I.J.O.S. 

En la provincia de Buenos Aires, Kicillof designó como Subsecretario de Derechos Humanos a Matías Facundo Moreno, hijo del abogado laboralista de Olavarría, Carlos Alberto Moreno, secuestrado y asesinado por defender trabajadores de la cementera Loma Negra.  

«Son el presente de nuestrxs hijxs»

Por los 25 años, en Twitter la agrupación H.I.J.O.S recibió diversas salutaciones adelantadas. Tuitearon Abuelas de Plaza de Mayo, el Espacio de Memoria  Ex Esma, la sindicalista de CTERA Sonia Alesso y la legisladora porteña Lorena Pokoik, entre muchos otros. 

Según publicó el diario Página/12 , las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora también saludaron con un mensaje: “Son el presente de nuestrxs hijos e hijas y son también el futuro”, comienzan. “Ustedes han madurado, nosotras vamos al ocaso; ustedes iluminan los caminos hacia más Verdad y Justicia, nosotras aceptamos que nos consideren ‘faros’. Ustedes, que tanto valen por ser ustedes, son también el presente de nuestrxs queridxs hijos e hijas; y son también el futuro. Ustedes, chicxs, llevan en alto las más dignas banderas hacia una sociedad mejor. ¡Viva esa esperanza que da luz a nuestra vida!”, concluyen. 

«¿Van a decir que no criaron bien a sus padres?»

Acostumbrado a acompañar luchas justas, el músico León Gieco estuvo cerca cuando los hijos e hijas de los desaparecidos formaban su agrupación. “La dictadura le decía a las Madres que no habían criado bien a sus hijos. ¿A los hijos qué les van a decir? ¿que no criaron bien a sus padres?”, repetía el cantautor.

La historia de H.I.J.O.S comenzó con un encuentro en Córdoba hace 25 años, aunque incluso antes las Madres propiciaban reuniones para los hijos de sus hijos en los talleres de la amistad. Pero cada regional –como la agrupación llama a sus delegaciones- tiene su propia historia. 

En La Plata, hace 25 años, Gieco cantó en un homenaje a los desaparecidos de la Facultad de Humanidades de la UNLP y antes de cantar el último tema llamó a un grupito de siete u ocho jóvenes que habían estado en Río Ceballos y con los que había hablado un rato antes. “Que suban los hijos de los desaparecidos”, dijo. Al escenario subieron 45 chicos y chicas que estaban entre el público. Ese día nació la agrupación en La Plata.