El domingo “todo el mundo pidió bis”, como cantaba la reina de los bajitos en los ´90. Camino al bis electoral, las estrategias cambian y tienden a la moderación y el cálculo. Fernando Haddad (PT) y Jair Bolsonaro(PSL) deberán replantear el uso de los recursos comunicacionales. La primera entrevista que dieron los dos candidatos luego de la elección fue con el Jornal Nacional de la TV Globo. Allí Bolsonaro eligió primero reconocer el apoyo de su base dura, y dio gracias a los “líderes evangélicos”, al “hombre de campo, ya sea del agronegocio o de la agricultura familiar”, a camioneros, policías y militares integrantes de las Fuerzas Armadas, y a “la familia brasileña que tanto clama para que sus valores sean respetados”. Y después mandó un guiño a los reticentes. Agradeció a la Región del Nordeste, donde perdió pero también mostró un crecimiento: “Nunca alguien que haya hecho oposición al PT tuvo una votación tan expresiva”, dijo, y agregó que podría haber ganado si no fuera por las “fakenews” que lo acusan de querer terminar con el programa Bolsa familia.

A su turno, Haddad habló de tres propuestas que implicarán una reforma constitucional, la reforma tributaria, bancaria y el congelamiento del gasto público. En Brasil “el que sustenta el Estado es el pobre” porque paga “más impuestos proporcionalmente a sus ingresos” que los muy ricos “que no pagan nada”, señaló el candidato del PT. En segundo lugar dijo que la reforma bancaria deberá alentar la baja de la tasa de interés como mecanismo para fomentar la economía, haciendo que las inversiones no se orienten a las finanzas sino que empresarios “vuelvan a producir y a contratar”. Por último, desarticular la reforma que logró aprobar en el Congreso el actual presidente Michel Temer que impide aumentar el gasto público por 20 años.

La grieta

Como declara el candidato del PT en cada entrevista desde el domingo, en el balotaje “hay dos proyectos bien diferentes entre sí” para timonear una economía en deterioro y un contexto social polarizado. Con los primeros resultados encima, en Perdizes, uno de los barrios de clases medias altas de San Pablo, se escucharon gritos desde los balcones de los edificios. “Bolsonaro eu te amo” y algunos insultos contra la ex presidenta Dilma Rousseff, a quien no le alcanzaron los votos para llegar al Senado.

En el barrio vecino de Villa Pompei, Alini, votante del PT con título universitario y desempleada, discute con su amiga que le confiesa su apoyo a Bolsonaro. “Siempre fui de derecha”, le retrucan. Se indigna porque “ela é uma maconhera para caralho, uma maconhera dos infernos, pero es una drogadicta hipócrita, porque defiende a un tipo que cree que hay que matar a quienes fuman y quiere perseguir a los pequeños vendedores que en su mayoría son chicos, menores y negros con los que están llenando las cárceles”. Las rivalidades llevaron a que jugadores de futbol como Ronaldinho y Rivaldo adhieran a la candidatura de Bolsonaro y torcidas (hinchadas) como las del Corinthians y el Flamengo la rechacen públicamente.

Pero los debates acalorados y las chicanas que forman parte de los procesos electorales no preocupan tanto como la noticia que difundió la Secretaría de Seguridad Pública del estado de Bahía solo unas horas después de la elección. Un maestro de danza capoeira, Romualdo Rosário da Costa de 63 años, fue asesinado luego de una discusión política con partidarios de Bolsonaro.

La fragmentación

Crecimiento de las rivalidades, crisis económica y algo ya característico de la política brasileña, un Congreso Nacional fragmentado. Cualquiera de los candidatos que llegue al Palacio del Planalto tendrá que lidiar desde el 1° de enero de 2019 con un Poder Legislativo balcanizado.

Según los datos del Tribunal Superior Electoral (TSE), la Cámara de diputados pasará de 25 partidos a 30, y el Senado de 16 a 21, esto es, una fragmentación que ya existía pero que se agudiza. En la Cámara de Diputados, de las 513 bancas, la primera fuerza seguirá siendo del Partido de los Trabajadores pero con unos modestos 56 escaños, y en segundo lugar se coloca el PSL con un crecimiento que lo llevó de a las 52 bancas. Bolsonaro además de formación militar, fue durante 27 años un hombre del Congreso. Una carrera que le dejó el saldo de casi cientos de proyectos presentados, de los que solo un par llegaron a ser ley, que cuando quiso buscar adhesiones a su candidatura para presidir la Cámara, logró cosechar solo cuatro votos.

Conoce el paño, creció exponencialmente en términos de bancas propias, y tiene apoyo de los sectores de las “tres B”: la Biblia, el Buey y la Bala, expresiones de los sectores religiosos, los agronegocios y pro “mano dura”. Pero ninguno de estos dos, el PT y el PSL se ubica entre los primeros en Senado. De los 81 integrantes de la Cámara alta el PT tendrá seis y el PSL cuatro, mientras las fuerzas mayoritarias son el Movimiento Democrático Brasileño, que impulsó a Henrique Meirelles, con 12 y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), de Geraldo Alckmin, con ocho.

Con respecto a a la elección del 28, horas atrás el expresidente y líder histórico del PSDB, Fernando Henrique Cardoso, negó su apoyo a Haddad y se preguntó: “¿Por qué debería comentar sobre dos candidaturas que están en contra o no definidas en los temas que valoro para el país y la gente?”. Mientras que otros ex contendientes del domingo pasado sí comenzaron a definirse. Ciro Gómes del PDT (12, 5%), Marina Silva del partido Rede (1%) y Guilherme Boulos del PSOL (0,6%) se inclinaron por Fernando Haddad, mientras que João Amoêdo, el líder del partido Novo que el domingo pasado obtuvo 2,5% de los votos, expresó este martes que no apoyará a ninguna de las dos fórmulas. Habrá que esperar si estos líderes podrán alentar o detener la transferencia devotos de sus electores.

Las redes sociales

La fragmentación y polarización social y política también se pone en juego en las redes sociales. Influir en el microclima fue una estrategia que Bolsonaro adoptó frente a sus desventajas en la distribución de la pauta de campaña. El tiempo de los spots son asignados por el Tribunal Superior Electoral en base al número de diputados federales obtenidos por partido sen la última elección, en este caso 2014 y en función de alianzas (los frentes electorales suman los tiempos asignados a los partidos que lo integran). De la casi media hora de televisión que estaba dedicada a los spots de campaña de la primera vuelta electoral, la fórmula del PSL contó solamente con ocho segundos, condicionado porque sacó sólo una banca en la elección del 2014. Mientras que Geraldo Alckmin (PSDB), en función de alianzas con otros partidos, contó con cinco minutos y 12 segundos, y el PT con dos minutos y 32 segundos. De camino al balotaje tendrá que adoptar una estrategia de comunicación para los medios tradicionales ya que dispondrá de los mismos tiempos que Fernando Haddad.

Bolsonaro ya no tiene el mismo parte médico que días atrás, algo que había condicionado su campaña en cierto sentido. Luego de ser apuñalado en un acto de campaña en Juiz de Fora, Minas Gerais (nordeste), su convalecencia en la Santa Casa de Misericórdia y luego en el Hospital Israelita Albert Einstein de San Pablo, fue publicada minuto a minuto. Sus hijos publicaban fotos y videos constantemente y mientras los otros candidatos iban a los medios, a Bolsonaro lo visitaban a su habitación. Se supo que fue herido en tres puntos del intestino grueso y del fino, que perdió dos litros de sangre, que recibió 35 puntos, que se despertó durante una de las dos cirugías, llegó al hospital con presión baja, “casi muerto” según declaró su hijo Flávio -quien el domingo se consagró como senador por Río de Janeiro. 

El día después de recibir la agresión, Flavio publicó la primera foto de su padre convaleciente en la cama de la Santa Casa con un pulgar arriba y sonriente a ojos cerrados y otro de sus hijos, Carlos, dijo: “El viejo es fuerte como un caballo, no por nada su seudónimo en el Ejercito es “caballón”. El clan Bolsonaro tuvo su propio reality show. La cuenta del ex militar publicó horas antes del ataque en Juiz de Fora un tweet con una propuesta de campaña: “Queremos mantener los incentivos para la cultura, pero para los buenos artistas que agregan valor, que están comenzando su carrera y no tienen estructuras. ¡Lo que debe terminar es con el dinero público que financia absurdos como talleres de masturbación u «obras» con gente hurgando sus orificios!

El siguiente tweet fue al día siguiente: “Estoy bien y recuperándome” con un pulgar para arriba. De un mensaje a otro pasó de mil comentarios a siete mil; de seis mil cuentas que compartieron su mensaje a 19 mil, y de 35 mil indicaciones de “me gusta” a 110 mil. Los valores de la actividad de la cuenta no necesariamente fueron iguales en los días sucesivos, pero sí mostraron un incremento. Desde el 6 de septiembre hasta 8 de octubre 218 tweets propios y compartió otro sinnúmero de comentarios y publicaciones de otras cuentas, publicó más de 80 videos en su canal de YouTube, donde adoptó la modalidad de transmisiones en vivo que previamente eran convocadas desde las redes sociales. Un estilo en apariencias mucho más personalista, que ocultan cualquier indicio de estructura partidaria.

Los próximos días

¿Cómo será la moderación de dos ofertas tan polarizadas? ¿Podrá Bolsonaro, de cara al balotaje, seguir con un estilo que se muestra improvisado y rudimental? ¿Será visto con desencanto para el electorado o aportará a la construcción de otro fenómeno de políticos “auténticos”, “espontáneos”, “que dicen lo que piensan”, en síntesis, un tipo “normal”? Mientras que Fernando Haddad, quien ya tuvo el desafío de construir su candidatura en menos de un mes, ahora deberá decidir cómo transmitir esa tranversalidad que expresó cuando llamó a unirse a “todos los demócratas del país”. El politólogo André Singer denominó “lulismo” al movimiento interno que expresó el ex presidente Luis Inácio “Lula” da Silva en el PT que hizo inclinar la balanza de las consignas más de izquierda hacia un fenómeno progresista pero de conciliación con algunos sectores de poder. Hoy el PT es asociado a Venezuela y Cuba, que son caracterizados por Bolsonaro como “gobiernos tiránicos” y “dictaduras”. Mismo discurso que repite una caravana de sus partidarios por San Pablo que por alto parlantes acusa: “Quieren que matemos nuestros perros y nos los comamos”.