Entre los socios del oficialismo, sólo una fuerza hace eje en los formadores de precios y en la necesidad de intervenir en la matriz productiva para frenar las imposiciones de los monopolios alimenticios. Carina López Monja es periodista, milita en el Frente Darío Santillán e integra el Frente Patria Grande. A pocos días del cierre de precandidatos para las PASO del 12 de septiembre, dialogó con Tiempo y se refirió al rol de los grandes distribuidores como Carrefour, Cencosud, Coto y Wallmart en la formación de los precios. Se trata de unos de los ejes de la campaña «Argentina: de ellos o de Todos» para reclamarle al Gobierno que «toque los intereses de los poderes reales. «Estos pocos jugadores siempre ganan, aún cuando la gran mayoría de la población pierde», advierte la refente social, cuya fuerza considera que es necesario «ser más duro con los poderosos, porque los que tuvieron poder toda la vida en Argentina no lo quieren dejar».

– ¿Por qué son insuficientes las medidas del Gobierno para contener la inflación?

– El Gobierno nacional tomó una serie de medidas importantes para dar respuesta al aumento incesante de precios, pero el nivel de concentración en la producción y distribución de alimentos hace que no alcance, porque las grandes empresas tienen el poder de abastecer o desabastecer al mercado y fijar los precios. La suba en los alimentos es puramente especulativa y la inflación en la Argentina está ligada a la existencia de monopolios que tienen el poder de fijar precios según sus intereses.

– ¿El problema es la concentración en la producción o en la distribución?

– En toda la cadena. Los monopolios son dueños de la tierra y de la comida. El caso de Coto es emblemático: concentra la producción de carne y también la venta de alimentos. Por eso éstos pocos jugadores siempre ganan, aún cuando la gran mayoría de la población pierde.

– ¿Cómo se puede cambiar esa situación?

– Nosotros creemos que hay que transformar de raíz el modelo agroalimentario. Hay un problema fundamental que es la falta de acceso a la tierra. Los pequeños productores cuentan apenas con el 13 % de la superficie, la mayoría son arrendatarios y quedan a merced de quienes tienen la logística para transportar los alimentos y venderlos.

-¿A qué empresas se refiere? 

– Hay una concentración brutal en la distribución. En el rubro de los alimentos solo un puñado de empresas, como Carrefour, Cencosud, Coto y Walmart dominan casi el 75% de la distribución de los alimentos. 

-¿Cómo pueden llegar esos cambios que Ud propone al bolsillo del consumidor?

– Creemos que hay que generar circuitos de abastecimiento local para fomentar la desconcentración de la economía. Hoy existen numerosas experiencias de comercialización, como el ME.CO.PO., que llevamos adelante desde el Frente Darío Santillán. Pero para que esos canales de comercialización funcionen hay que darle herramientas a las cooperativas, a las fábricas recuperadas, a la agricultura familiar y a la economía popular.

– ¿Desde cuándo funciona la experiencia de Me.Co.Po.?

– Es el Mercado de Consumo Popular, una red de comercialización autogestiva, que se creó desde abajo, donde se venden productos de la Economía Popular a precio justo, sin intermediaciones especulativas. Esto beneficia tanto a los y las productoras como a los y las consumidoras.

– ¿Qué balance hace de estos dos años de gobierno?

– Desde el sector de la economía popular, mayoritario en el Frente Popular Darío Santillán, sabemos que la pandemia con Mauricio Macri como presidente hubiera sido una catástrofe. El expresidente lo dijo sin ruborizarse: en el peor momento de la crisis, a las siete de la tarde dejaba de trabajar y se ponía a ver Netflix. Imaginate esa irresponsabilidad en una Pandemia. Lo que necesitamos es todo lo contrario, trabajar sin descanso para levantar el país.

– ¿Cuál es el balance de un movimiento social como el Frente Darío Santillán de formar parte de la coalición electoral del Frente de Todos?

– Cuando nos sumamos al Frente Patria Grande y al Frente de Todos lo hicimos con la convicción y la seguridad de que había que desalojar a Macri con el voto popular y dejar atrás el modelo neoliberal en Argentina. Pero también nos sumamos con una agenda propia, una agenda de demandas de los sectores populares y una forma de ver el mundo. Algunas de las demandas se cumplieron y muchas otros no.

– ¿Qué opina sobre el rol del presidente Alberto Fernández?

– Valoramos que Alberto Fernández se ocupó desde el inicio de la pandemia de cuidar a los argentinos y a las argentinas. Se tomaron medidas sanitarias, se consiguieron vacunas, se acompañaron las medidas sanitarias con medidas económicas en el momento de mayores restricciones, en fin, se puso la vida por encima de la ganancia y de las especulaciones políticas.

– ¿Cómo debería ser la segunda parte del mandato de Fernández?

– Creemos que es momento de avanzar. De ser más duro con los poderosos, porque los que tuvieron poder toda la vida en Argentina no lo quieren dejar. Los mismos que aumentan los precios y monopolizan el mercado son los que no quieren pagar el aporte solidario de las grandes fortunas, los monopolios son parte y causante del problema y no de la solución. Los privilegiados de Argentina, que son un puñado cada vez es más rico a costa de la pobreza del resto, no tienen ninguna voluntad de cuestionarse sus privilegios. Y para darles poder, económico a los últimos hay que dar esas batallas.

– ¿En qué se diferencia su plataforma del planteo del Gobierno respecto a esas batallas?

– Desde el Frente Patria Grande creemos que es momento de enfrentar a los poderes fácticos. A la corporación judicial, a los que especulan con los precios, a las patronales del campo, a los empresarios periodísticos que construyen fake news todos los dias, hasta con la cuestión sanitaria.

– ¿Qué rol han jugado los grandes medios de comunicación?

– Han superado un nuevo límite de cinismo y malicia. Necesitamos una agenda de transformación en los medios. Este año y medio fue una muestra intensa de manipulación, mentiras y “periodismo de guerra”. Empezaron cuestionando la cuarentena, cuando era el único método para frenar los contagios. Luego hicieron una campaña feroz de desprestigio de la vacuna Sputnik, que mostró una alta eficacia y calidad. Y finalmente quisieron instalar que “no hay vacunas”, cuando Argentina está entre los países que más vacunas aplicó. Esto ocurre cuando los medios actúan como un partido político opositor, antes que como un canal para brindar información.

 – ¿Están discutiendo candidaturas dentro del Frente de Todos?

– Nuestra expectativa es aportar e incidir en la agenda del Frente de Todos y desde ya, poder sumar y aportar en estas elecciones. La agenda que levanta el Frente Patria Grande tiene que ver fundamentalmente con un sector que en general esta subrepresentado en los ámbitos institucionales.  No se trata de nombres, sino de procesos concretos que a veces quedan invisibilizados dentro de la política.

– ¿Cuáles son los ejes centrales que propone el Frente Patria Grande?

– La pandemia nos demostró que no salimos mejores de esta crisis sanitaria mundial e inédita. Salimos con más pobreza y con más desigualdad.  Muchas personas de los barrios populares se contagiaron por vivir en condiciones de hacinamiento. Hacer cuarentena en un barrio popular, cumplir las restricciones cuando no tenes un salario y un empleo estable es muy difícil.

– Nada de eso que Ud menciona ha cambiado en este momento. ¿Cómo cree que debería abordarlo el Gobierno a dos años de llegar al poder?

– El IFE demostró una realidad que pocos veían en Argentina. Por eso uno de los planteos fundamentales que venimos haciendo es la necesidad de avanzar con un Salario básico Universal. Un salario que universalice la cobertura social en nuestro país, que es uns propuesta que hace también el sindicato de los y las trabajadoras de la economía popular, la UTEP. Hay que generar un derecho permanente garantizado por ley para personas de entre 18 y 65 años, a los trabajadores y trabajadoras informales, trabajadoras de cuidados, población rural o estudiantes que no están laboralmente organizados. Creemos que una política de estas características permite también ordenar las distintas políticas y programas que están dispersos y unificar en una política única.

– ¿Cómo deben ser las políticas públicas para la economía popular?

– La pandemia también mostró la importancia de las tareas de cuidado, a nivel individual y a nivel comunitario.  Fundamentalmente las trabajadoras de la economía popular sostuvieron a lo largo y  ancho del país ollas populares, postas sanitarias, la asistencia alimentaria a las familias aisladas en sus casas con Covid, espacios de acompañamiento antes la violencia, tareas esenciales que el mercado despreció históricamente, que no dan «ganancia» sino que fundamentalmente tienen que ver con cuidar la vida. Tenemos también que avanzar en el reconocimiento de estas trabajadoras y en un sistema integral de cuidados.

– ¿En materia de infraestructura, cuál es su plataforma?

– Otro eje impostergables es la integración urbana, la urbanización de los barrios populares, las obras de infraestructura para garantizar derechos tan básicos como cloacas y agua potable en barrios que llevan decenas de a{os olvidados. Hoy, como parte de la agenda del FPG tenemos una compañera de La Cava de San Isidro, vecina de un barrio popular, Fernanda Miño al frente de la SISU llevando adelante esa política.

– ¿Qué balance hace de la gestión de Rodríguez Larreta en la Ciudad?

– Entendemos que en los primeros momentos apostó a la coordinación con el gobierno nacional, lo que fue positivo. Pero rápidamente terminó arrastrado por la lógica electoral de querer oponerse al gobierno y referenciarse como el principal opositor. Y es muy irresponsable utilizar una pandemia de semejante magnitud para querer anotarse un poroto en una elección.  Larreta terminó poniendo su candidatura, las elecciones y la búsqueda de erosionar al gobierno nacional y provincial,  por sobre el cuidado de la vida. Además, gobernando el distrito más rico del país no destinó una sola ayuda económica a los sectores afectados por la pandemia, lo cual es inentendible.

– Sin embargo hay un sector que reconoce su política con los barrios populares. ¿Cuál es su opinión?

– Ahí el balance es directamente vergonzoso. No se avanzó en la urbanización de los barrios populares, llegó siempre tarde para asistir a las necesidades de los vecinos más pobres. Y como frutilla del postre, quiere privatizar el acceso al río en Costa Salguero.

-¿Qué modelo urbanístico propone?

Nosotros vemos que si algo nos enseñó esta Pandemia es que necesitamos espacios verdes, espacios al aire libre, para revertir el hacinamiento de las mega urbanizaciones. Por eso es más grave aún querer seguir adelante con los negocios inmobiliarios en ese contexto tan delicado. Lo que necesitamos son ciudades más amigables, igualitarias y con acceso para todos y todas.