Las Madres de Plaza de Mayo hacen esta tarde su ronda número 2000 y por tal motivo recibieron la visita de la expresidenta Cristina Fernández, quien almorzó con Hebe de Bonafini y compañía en la sede de la asociación, cerca del Congreso de la Nación. “Las veo contentas, intensamente jóvenes”, declaró la exmandataria al retirarse, pasadas las 14.

Cristina estuvo alrededor de dos horas en la sede de Madres y se mostró muy afectuosa con todos los presentes. Se tomó el tiempo de saludar con un beso y un abrazo a casi todos, y de charlar amigablemente. También se sumó al almuerzo de las Madres, con sándwiches de miga, torta y un brindis particular. “Por los 2000 jueves, por nuestra querida Cristina, que haga lo que quiera, no le pidamos más nada porque nosotras ya sabemos lo que tenemos que hacer para que Macri nos tenga miedo. Me encanta que nos tenga miedo”, expuso Hebe, a quien el presidente despreció el miércoles en una entrevista. También estuvieron presentes Oscar Parrilli, ex titular de la AFI, y el artista Víctor Heredia.

“Hebe es un símbolo”, prosiguió Cristina antes de recordar que la semana pasada, cuando el juez Marcelo Martínez de Giorgi ordenó la captura de Hebe, la llamó preocupada y le pidió que “tuviera cuidado”, aunque del otro lado, la presidenta de Madres le bajó el tono a la situación, al recordarle que ya había pasado lo peor posible, como que le quitaron a dos hijos y que su marido murió de cáncer.

Esa charla, comentó la expresidenta, le hizo recordar la época más oscura de la historia argentina y resaltó la lucha de las Madres, quienes marchan todos los jueves desde el 30 de abril de 1977. “Las únicas que se arrimaron son ellas”, destacó el nivel de heroína de Hebe de Bonafini, a pesar de que ésta no le guste el calificativo porque es una mujer de clase popular.