El anuncio de un paro nacional docente provocó una réplica oficial al estilo PRO: el despliegue de una campaña mediática y viral destinada a estigmatizar el reclamo de los maestros por paritarias justas y salarios dignos.

La operación de propaganda se inició con el hashtag #VoluntariadocenteNoalParo. La “propuesta” detrás de esa consigna: que ciudadanos, con o sin experiencia docente, asistan a clase en reemplazo de los maestros en huelga.

El hashtag fue viralizando (multiplicado) por trolls (tuiteros rentados) por el gobierno hasta convertirlo en un tendencia en la red social. Periodistas afines al presidente Mauricio Macri, como Luis Majul, contribuyeron a difundir la iniciativa entrevistando al creador del hashtag: Mariano Bronenberg.

En el post que le dirige a la gobernadora María Eugenia Vidal, donde propone sus servicios como sustituto rompehuelgas, Bronenberg se presenta como un especialista en Relaciones Públicas que hizo experiencia docente en la Universidad de Palermo, la Universidad del Salvador, la Universidad CAECE en Mar del Plata y la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). La biografía del activista es, por cierto, más frondosa.

En la web se puede ver a Bronenberg posando frente a carteles de Cambiemos, ofreciendo conferencias auspiciadas por el PRO y llamados a votar por Macri. Hay, también, referencias a su pasado como teniente coronel del Ejército y su actividad como vocero de esa fuerza en los años noventa. Él mismo reconoció haber sido oficial de inteligencia del Ejército, pero esa parte de la historia contiene un detalle que el publicista se olvidó de mencionar: el nombre de Bronenberg, el supuesto ciudadano sensible y preocupado por la pérdida de clases de las blancas palomitas, figura en la lista de civiles y militares que integraron el temible Batallón 601 de Inteligencia durante la última dictadura cívico-militar.

El listado fue publicado en 2010 en la Revista Veintitrés. Aquel artículo, realizado por el periodista Franco Mizrahi y este cronista, reveló por primera vez los nombres que integraron el feroz aparato de inteligencia del Ejército, responsable de perpetrar miles de desapariciones forzadas en Argentina y la región mediante la infiltración de organizaciones sociales, políticas, estudiantiles. También, por supuesto, en el sindicato docente, uno de los más golpeados por la dictadura criminal: unos 600 docentes fueron asesinados por el aparato criminal del Estado.

En ese listado oficial, que contiene información desclasificada a pedido de la justicia, figura Bronenberg, Mariano A., con el rango de capitán. Desde hace décadas, los organismos de Derechos Humanos reclama que se indague al personal de inteligencia que operó en dictadura para que aporten datos por el destino de desaparecidos y niños apropiados. Quizá la súbita celebridad de Bronenberg estimule a algún juez a convocarlo. Aunque en los tiempos que corren, y a tono con su especialidad, parece más probable que termine publicitando la teoría de los dos demonios en un programa de tevé.