Con la campaña electoral en marcha de cara a las elecciones generales legislativas de noviembre, el Frente de Todos porteño busca mejorar los resultados de las PASO. El objetivo: no perder bancas en la Cámara de Diputados de la Nación.

En un mano a mano con Tiempo Argentino, el diputado del FdT Itai Hagman analizó el panorama electoral y opinó que dentro de la coalición gobernante hay que “encontrar una nueva síntesis que ya se está evidenciando con las políticas que se están anunciando». 

Hagman es miembro del Frente Patria Grande, que tiene entre sus referentes principales al dirigente social Juan Grabois Hagman se sumó a lo que hoy es el FdT en las elecciones legislativas de 2017, cuando compitió en las primarias contra la lista que lideraba Daniel Filmus y la de Guillermo Moreno. En esa ocasión no logró el piso de votos para ser candidato. Dos años después, con el armado de unidad, se transformó en diputado nacional.    

-¿Cómo revertir el resultado de las PASO y que el Frente de Todos crezca en CABA? 

-La mejor manera de leer el resultado electoral es escuchar a la gente y corregir el rumbo de las políticas. Entender la bronca que hay, incluso la del votante del FdT. Hay que empatizar más con la situación. En CABA creo que el desafío es mostrar las cosas que como oposición hemos logrado, como poner en discusión la necesidad de un parque público en el predio de Costa Salguero. También visibilizar la insensibilidad del gobierno de (Horacio) Rodríguez Larreta con la venta de tierras que está haciendo la justicia porteña, que es totalmente anticonstitucional. Con la falta de asistencia a los comercios y la gente en todo este contexto de crisis y pandemia. Me parece que esas son las claves.

-¿Qué está funcionando bien y que mal en la coalición de gobierno?

-El FDT nació como una coalición heterogénea. Siempre supimos que esa diversidad era parte de la riqueza, de nuestra construcción que nos permitió ganar en 2019. El funcionamiento fue muy bueno en estos dos años. Luego de una derrota como la que sufrimos en las PASO, obviamente hubo discusiones internas, tensiones, que es saludable. Lo llamativo hubiera sido que después de las primarias  hubiera seguido todo como si nada. Lo que hay que hacer ahora es encontrar una nueva síntesis que ya se está evidenciando con las políticas que se están anunciando. El principal desafío que tenemos es lograr que el crecimiento que el sector productivo está protagonizando le llegue al bolsillo de la gente. Y también salir de cierto confort y plantear desafíos nuevos como la idea de un salario universal.

-¿Por qué cree que crecieron expresiones de extrema derecha y la antipolítica en estas elecciones?

-Respecto a la antipolítica, es cierto que hay que dar cuenta de ese fenómeno, y del resultado de (Javier)  Milei. Tiene que ver con un discurso que permea en un sector de la juventud. Pero en esa misma juventud existen fenómenos nuevos con los que se comprometen: la cuestión ambiental o el feminismo. Hay cierto Status Quo que es cuestionado por la juventud y otros caminos en disputa. Eso me permite no ser pesimista porque se puede ver un camino de más derechos y menos desigualdades.