La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner concurrió hoy al juzgado federal de Lomas de Zamora para informarse acerca del espionaje ilegal que habría realizado la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) durante la anterior gestión de Mauricio Macri. La ex presidenta llegó al juzgado federal a las 13.51, en el marco de un operativo de seguridad discreto, que incluyó vallas y efectivos de Gendarmería y de la policía provincial. Concurrió acompañada de su abogado, Carlos Beraldi, y enseguida ingresó al edificio, donde fue citada por el juez Federico Villena.

El juez citó, además al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, y a otros presuntas víctimas del espionaje ilegal que investiga en su juzgado para mostrarles la evidencia que existe sobre lo ocurrido con cada uno de ellos y darles la posibilidad de que se presenten como querellantes.

El juez federal de Lomas de Zamora investiga el supuesto espionaje ilegal a políticos, funcionarios y periodistas durante el gobierno de Mauricio Macri, en una pesquisa que se abrió a raíz de los dichos de un narcotraficante que declaró ante la justicia que había sido contratado por la Agencia Federal de Inteligencia, bajo la gestión de Gustavo Arribas, para «darle un susto» a un ex funcionario del Ministerio de Defensa.

De la investigación judicial se desprende que los integrantes de la organización investigada, «cumpliendo diferentes roles estratégicos y valiéndose de su calidad de empleados públicos y agentes y/o dependientes de las Fuerzas de Seguridad y/o de la Agencia Federal de Inteligencia, habrían llevado a cabo distintas maniobras ilícitas de carácter indeterminado y realizado tareas de inteligencia y/o espionaje en infracción a la ley 25.520, en distintos periodos y abarcando diversas jurisdicciones», explicaron fuentes del caso.



La ex presidenta indicó: «Estoy yendo al Juzgado Federal de Lomas de Zamora. A diferencia de otras veces, cuando el que me citaba era (el fallecido juez Claudio) Bonadio en Comodoro Py, en causas armadas, no me sigue en esta oportunidad ninguna moto (…) ¿Qué cosa, no? En aquellas oportunidades llegaron a ser dos motos con cámaras transmitiendo en vivo y en directo mi desplazamiento por la ciudad. Es raro que no me sigan, porque la causa judicial por la que estoy convocada es un verdadero y auténtico escándalo», sostuvo.


«Inédito escándalo diría yo. ¿Por qué lo digo? Escuchá bien: la AFI que dependía en forma directa de Mauricio Macri utilizó narcotraficantes para realizar atentados a funcionarios de su propio gobierno y seguimiento y espionaje político tanto a opositores como a sus propios dirigentes», aseveró para luego decir: «Increíble. El Estado argentino contratando narcotraficantes. Y pensar que ese gobierno, el de Macri, le vendió a todos los argentinos y argentinas que venían a combatir el narcotráfico. ¡Dios mío! ¡Cuánta mentira y cuánto pero cuánto cinismo, por Dios!», agregó.

Y recordó: «Me acuerdo por ejemplo cuando, en marzo de 2017 se difundieron las ya célebres escuchas de mis conversaciones telefónicas con Oscar Parrilli. Conversaciones que habían sido grabadas por la oficina de escuchas que Macri hizo depender de la Corte Suprema de Justicia de la Nación». «Debo confesar que cuando sucedió aquel episodio de difundir por radio y por televisión conversaciones privadas, la verdad es que en ese momento pensé que la Corte iba a intervenir (…) «Sin embargo, nada de eso ocurrió, al contrario. Se anunciaba su transmisión con bombos y platillos cual estreno cinematográfico y nadie hacía nada para impedirlo», cuestionó la dirigente. Luego dijo: «No sucedió una vez, lo hicieron durante meses. Durante meses difundieron ilegalmente conversaciones privadas. Siempre me pregunto qué hubiera pasado si la Corte hubiese tomado medidas y sancionado a los responsables».

«Es probable que esta causa no hubiera existido, y un montón de ciudadanos y ciudadanas no hubieran sido ni espiados, ni escuchados, ni sufrido atentados. En fin: de aquellos lodos, estos barros», finalizó Cristina.