El estado post revolucionario mexicano que comenzó a desmontarse en el 2000 había creado una subjetividad política que pone al Presidente de la República fuera de los conflictos cotidianos y por encima de ellos. Había instituciones de la democracia política, como el Congreso Nacional, donde se expresaban las distintas corrientes ideológicas, incluyendo las que coexistían en el seno del PRI, partido hegemónico. Todas las corrientes priístas divergentes aceptaban el arbitraje del presidente, jefe del Estado y del PRI, líder de la nación. En ese contexto la biografía presidencial era historia nacional.

Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fue líder priísta en Tabasco, su estado natal. Junto a Cuautemoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo dejó el PRI cuando consideró que el nacionalismo revolucionario cardenista había sido supuestamente traicionado dentro del mismo partido por las corrientes liberales que coparon la dirigencia, con Carlos Salinas de Gortari a la cabeza. Hoy Muñoz Ledo es parlamentario de Morena, el movimiento que Amlo creó y Lázaro Cárdenas Batel , hijo de Cuautemoc y nieto del general Cárdenas, integra el equipo de gobierno de Amlo. Toda esta introducción es necesaria para explicar la que está ocurriendo en México frente al Covid 19.

Hay un subsecretario de Salud, López Gatell, que es el vocero oficial sobre la pandemia. Tiene con postgrados de medicina epidemiológica en el instituto John Hopkins y experiencia en el manejo de la gripe H1N1 que tuvo a México como epicentro. Su jefe directo es un secretario, médico galardonado hace varios años con el Premio Nacional de Ciencias. El gobierno dice que su estrategia antipandemia está sometida a los científicos que dirigen la Secretaría de Salud, pero desde el análisis político surge la pregunta: ¿alguien de ese gabinete es capaz de oponerse a los criterios no epidemiológicos que el presidente puede estar sopesando, como jefe de Estado que debe preveer las consecuencias económicas y sociales de un apagón de luces total, como el que aplican en Italia y España y  en varios países de América Latina?

México tiene 20 años con bajísimos o negativos ritmos de crecimiento económico, que el gobierno de Amlo no ha podido revertir. México tiene la mitad de su población en la pobreza. México tiene un intercambio comercial con Estados Unidos que implica un tránsito interfronterizo de 2 millones de automotores diarios. México tiene una economía informal muy vasta, de la que viven día a día millones de mexicanos y sus familias. México tiene una importante infraestructura hospitalaria pública y privada. Sin embargo, el subsecretario López Gatell comentó en los medios que esa significativa infraestructura hospitalaria podría colapsar si la población no cumple las normas de la fase 2 en cuanto a aseo personal y la sana distancia dispuesta desde el 24 de Marzo hasta el 19 de Abril, junto con la suspensión total de las clases a todos los niveles del sistema educativo y el cierre casi completo del servicio de bares y restaurantes.

Los problemas para lidiar con la pandemia son más que los mencionados. México ha iniciado un proceso de transformación de su sistema sanitario antes de que estallara Wuhan. El Seguro Popular, institución creada a principios de siglo para dar atención a quienes no tienen seguro social porque no están en el sistema económico formal, fue sustituido por el INSAVI para centralizar el tema y supuestamente avanzar hacia un sistema universal gratuito de salud. Ese nuevo sistema apenas está naciendo y la población padece los efectos de un sistema en transición en un país con corrupción endémica y laberintos burocráticos a veces insondables como el laberinto de la soledad de Octavio Paz.

Las cifras de contagios y muertes por Covid 19 son aún pequeñas comparativamente. Hay 500 contagiados y siete fallecidos, en un país con 120 millones de habitantes. El Ecuador, con 6 veces menos población,  tiene el triple de contagiados y cinco veces más fallecidos. Y su Ministra de Salud renunció recientemente diciendo que el Ministro de Finanzas no atendía sus requerimientos financieros para combatir la pandemia. El mismo Ministro que ordenó ayer pagar más de 300 millones de dólares a los bonistas particulares de la deuda ecuatoriana. Prioridades incomprensibles en la era del COVID 19.

Volviendo al tema mexicano,  es claro que AMLO tiene una responsabilidad histórica , cual es defender la vida y la salud de la población mexicana, tan amenazada como todas las poblaciones del mundo.

El Covid 19 ha inaugurado una nueva era en la historia del siglo 21. Los sistemas sociales  políticos, institucionales y los liderazgos están puestos a prueba. Mexico y Amlo también.