Con el Senado bajo control el Frente de Todos deberá sumar voluntades más allá de sus límites para poder contar con la mayoría de la Cámara Baja y poder reactivar el Congreso. Los bloques provinciales, Consenso Federal y el monzonismo en la mira.

El interbloque del Frente de Todos en la Cámara Baja contará, si se suman aliados que se prevén estables provenientes de bloques provinciales, con 123 diputados. Esto, claro está, sólo si el escrutinio definitivo no difiere demasiado del provisorio que se dio a conocer el último domingo por la noche.

Así las cosas, el interbloque del oficialismo a partir del 10 de diciembre aglomerará al Frente para la Victoria, al Movimiento Evita, Somos, Libres del Sur, los diputados que responden a los gobernadores y el Frente Renovador. La necesidad de establecer acuerdos duraderos tiene que ver con que el interbloque mayoritario no sólo se quedará con la titularidad de la mayoría de las comisiones sino que también tendrá mayor representación en todas ellas.

Los diputados de la futura bancada oficialista dan por hecho que la conducción del interbloque quedará en manos de Agustín Rossi. Sin embargo, desde las oficinas de la calle México advierten que el santafesino podría tener otro destino. Más allá de quién conduzca esa primera minoría, el objetivo no cambia y el trabajo será conseguir las 129 voluntades que garanticen el quórum propio.

En la mira del Frente de Todos -para futuras negociaciones- se encuentran los cuatro diputados que responden al gobernador de Córdoba, los cuatro de Consenso Federal y la posible escisión de Cambiemos que, en nombre de Emilio Monzó, conduciría Santiago García de Luca.

La posibilidad de que el monzonismo tenga su propio bloque plantea un escenario más sencillo para el Frente de Todos. No sólo por la buena relación personal que tienen Monzó y el futuro presidente de la Cámara, Sergio Massa, sino porque dentro del peronismo asumen que será “una oposición razonable con la que se pueda dialogar”.

El armado Monzó en diputados estará comandado por Silvia Lospenato y García de Luca y, según pudo saber Tiempo, podría sumar diez miembros. Esto no sólo aumenta las chances de acuerdos sino que debilita sensiblemente al bloque PRO que por estas horas se encuentra en plena efervescencia por la disputa de su conducción.

Las expectativas respecto a la posibilidad de negociación con cada bloque son disimiles. Desde el Frente de Todos entienden que la negociación con el PJ cordobés será compleja y “tendrá que darse tema por tema”. En tanto, en el caso de Consenso Federal advierten que en un principio podrán a apuntar a conseguir algunos votos de los  integrantes de ese bloque ya que dan perdida la posibilidad de que Graciela Camaño los acompañe.

Respecto de cómo se llevará a cabo el proceso de construcción de mayorías, Sergio Massa detalló: “Por obligación, pero además por convicción, vamos a tener diálogo, vamos a buscar consensos y vamos a buscar que los temas que significan cambios profundos para el bien de la sociedad argentina tengan el mayor nivel de legitimidad posible”.

El líder del Frente Renovador, que será propuesto a partir del 10 de diciembre para presidir la Cámara Baja, destacó que mantiene “diálogo permanente” con dirigentes del oficialismo saliente y anticipó que en la nueva etapa estará «escuchando las opiniones de quienes sean los líderes parlamentarios de la oposición».

A modo de anticipo de lo que vendrá, y como una prueba de fuego en la capacidad de construir nuevas mayorías, Massa anticipó una agenda que bien podría ser incluida en sesiones extraordinarias ni bien Alberto Fernández desembarque en la Casa Rosada. Entre los temas a tratar estarán el Presupuesto 2020, una reforma tributaria en beneficio de las pymes y la reestructuración de la deuda. Temas claves y sensibles para el comienzo de la nueva administración.

También dijo, respecto de los jubilados: «Hay que ver si la Corte declara inconstitucional (la ley de reforma previsional), y si finalmente la herida que abrió este gobierno con el cambio de índice, que perjudicó tanto a los jubilados, hay que cerrarla o remediarla con una nueva ley».