Los países más ricos representan el 14% de la población mundial pero ya reservaron la mitad de la producción de vacunas de todo 2021. El 86% restante deberá disputarse la otra mitad sabiendo que al menos una de cada cinco personas tendrá que esperar al menos hasta 2022 para inmunizarse. Los datos fueron publicados esta semana por la Universidad John Hopkins de Estados Unidos en base a un relevamiento entre los 13 laboratorios que se encuentran en la fase más avanzada. Hasta el momento hay 92 países de medianos y bajos ingresos que dependen de COVAX, un sistema de compra colectivo organizado desde la ONU que todavía no cuenta con el financiamiento garantizado. 

El 8 de diciembre, Reino Unido se transformó en el primer país occidental en comenzar la campaña de vacunación masiva contra el Covid-19. Una semana después se sumaron Estados Unidos y Canadá. La Unión Europea (UE) anunció que los 27 países que la integran aplicarán las primeras dosis en simultáneo antes de Navidad. No es casual que los receptores iniciales de la vacuna sean también los más ricos.

Según otro estudio desarrollado por Unicef, la Universidad de Duke (EE UU) y Airfinity, una reconocida consultora científica, la UE realizó convenios con los distintos laboratorios que alcanzan para inmunizar a toda su población dos veces. El Reino Unido y los Estados Unidos, hasta cuatro veces. Canadá fue todavía más lejos y acordó compromisos para recibir vacunas para seis veces su población.

El hecho de que ya estén vacunando no eximió a los gobiernos de cuestionamientos. Más allá de las voces que ponen reparos a las aprobaciones de emergencia que dieron los organismos reguladores, también se escucharon reclamos porque la inversión no garantizó el orden en la fila. En Canadá, por ejemplo, el primer ministro Justin Trudeau fue criticado ya que, a pesar de ser el primero en firmar un acuerdo con el laboratorio Moderna en agosto pasado por 20 millones de dosis, Estados Unidos será el primero en comenzar a recibir su vacuna, aun si terminó cerrando el acuerdo más tarde. Ayer, de hecho, la autoridad sanitaria aprobó la vacuna y ya comenzará a recibir la primer tanda de 6 millones de dosis sobre un total de 200 millones adquiridas.

La pandemia pone a prueba –y refleja– el sistema que regula el mundo hace décadas. Pocos laboratorios producen el insumo que todos necesitan con urgencia y al mismo tiempo. La ciencia acelera los procesos pero no puede evitar encontrarse con los límites que buscan garantizar la seguridad. En ese marco, los que más tienen hacen valer su posición para ser los primeros imponiendo condiciones a los que vienen detrás con las mismas necesidades, pero menos recursos.  «