En la semana se conoció el nuevo índice de inflación, que en marzo alcanzó el 6.7 por ciento. Analistas y encuestadores coinciden en que se volvió el principal factor de preocupación de la opinión pública y que unifica a los diversos sectores, sean o no votantes del Gobierno nacional. Tiempo Argentino dialogó con distintos analistas para conocer cuáles son las expectativas que plantea el escenario económico y si es posible revertirlo.

La inflación es el principal problema para la sociedad argentina. Esa es la opinión generalizada de los consultores. Supera a las demás preocupaciones que surgen en los sondeos de opinión como el desempleo, la corrupción o la inseguridad, según la representación política de las personas encuestadas. “Es un tema que afecta desde hace tiempo, el problema es que al esquema inflacionario argentino que viene desde hace muchos años se le suma ahora la inflación internacional. En otro momento, en los sectores más cercanos al Frente de Todos aparecía la cuestión del desempleo y en los más próximos a Juntos, la cuestión de la corrupción. Pero en estos momentos hay un eje transversal que es la inflación. Afecta a todos los sectores sociales por igual, porque es un problema de índole primordial y todavía a la Argentina le queda resolver cuestiones como tarifas de los servicios”, sostuvo Facundo Nejamkis, director de Opina Argentina.

Para el politólogo de Clivajes Consultores,  Esteban Regueira, hay una percepción mayoritaria de que el gobierno está perdiendo la guerra contra la inflación. “No se ve en las expectativas de las personas, en el corto plazo, que este problema vaya a solucionarse de alguna manera. No se ven datos alentadores, la percepción no solamente responde a un sector político (a los que se consideran opositores al Gobierno nacional), sino que es algo más generalizado. Hoy se ve que ese sentimiento también está dentro de los votantes propios, lo que se está viendo es que no se puede controlar. Cuando la preocupación de la pandemia empezó a bajar, se vislumbraban problemas económicos en donde estaba el desempleo, la pobreza. Hoy claramente es la inflación la primera preocupación”, indicó.

El director de Aragón & Asociados, Raúl Aragón, considera que existe un sentimiento de desazón. “Las plazas hoteleras están todas ocupadas por el fin de semana largo. Eso quiere decir que la gente está gastando. Uno se pregunta: ¿En vez de irse de vacaciones por qué no ahorran? Porque en realidad hay desazón, hay una convicción de que no vale la pena ahorrar porque la inflación te va a matar, entonces, disfrutemos ahora. Es una especie de resignación más que una expectativa”, afirmó. 

En ese mismo sentido se expresó Regueira: “Hay una especie de dicotomía porque si bien las expectativas económicas parecen mejorar porque en el consumo hay mayor actividad y los sectores medios están gastando un poco más, el paredón es la expectativa inflacionaria que no parece mejorar”.

Frente a este panorama, ¿existen estrategias para cambiar las expectativas en la opinión pública? “Lo que podrías comunicar es que tenés un plan o un camino para resolver el problema de la inflación, pero la pregunta es: ¿El Gobierno lo tiene y lo está comunicando mal o no lo tiene y por eso no lo puede comunicar? Si no tenés un rumbo definido…La sociedad puede bancarse un presente negativo o no perfecto si considera que el futuro por venir va a ser mejor. Muchas sociedades se bancan eso, el problema es que no hay esa expectativa hoy en la sociedad argentina. El Gobierno no ha sabido construirla. La duda es si no la ha sabido construir porque no tiene buenos comunicadores o porque no tiene un futuro para mostrarle a la sociedad”, se pregunta Nejamkis.  “No hay comunicación ni cambio de gabinete que pueda tapar los déficits de la política. No es un problema de comunicación, eso es una dimensión de la política, no es algo aparte. Si hay mucha inflación, hay mucha inflación y la gente lo percibe en la calle. Contra la realidad, la comunicación no puede”, analizó Nejamkis.

Aragón consideró que las disputas internas dentro del Frente de Todos atentan contra la resolución de este problema. “El Gobierno se está manejando lo mejor que puede, no quiere decir que necesariamente se esté manejando bien. Porque cada vez que toma una medida, automáticamente tanto la oposición como la oposición interna, me refiero al kirchnerismo, sale a decir que no es suficiente, que no alcanza. Incluso desde sectores muy cercanos como el gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Eso tiene su costo, esmerila no solamente la imagen del gobierno sino la posibilidad de que esas medidas sean creíbles en la población”, indicó.

Regueira afirmó que es clave que el oficialismo tenga un mensaje de unidad para lograr expectativas positivas. “El Frente de Todos tiene que reunirse como coalición y ponerse de acuerdo con qué camino seguir.  Desde lo discursivo tiene que mostrar un mensaje de unidad, que te da fortaleza hacia adentro con tus votantes y también hacia afuera. Eso es fundamental a la hora de establecer políticas públicas y lo que se ve es una coalición que está partida, donde el albertismo y el kirchnerismo se tiran balas de todos lados. Al no mostrar un mensaje de unidad es difícil que se generen expectativas positivas. Por supuesto que está atado a que se encuentre la llave para el tema de la inflación, si eso cambia se genera mayor confianza en la opinión pública”, dijo. «