El centro de Villa del Parque amaneció tomado. Un centenar de efectivos policiales y carros hidrantes, ocuparon la calle Cuenca, totalmente vallada entre Nazarre y Baigorria. El motivo:   cumplir con la orden de desalojo de los tres trabajadores del bar Adela´s que permanecían en el establecimiento tras el abandono patronal del 31 de julio. “A las seis de la mañana nos despertaron los golpes a la puerta del local. Abrimos y entraron más de 15 policías con la orden de desalojo”, contó Juan Pablo, uno de los tres trabajadores que permanecía en defensa de los puestos de trabajo de 13 familias.

“Enseguida empezaron a hacer el inventario de todos los bienes, por la denuncia penal que nos hicieron”, agregó el cocinero del local gastronómico que hace más de 10 años funciona en Cuenca al 2775, una de las calles más transitadas del barrio. Justamente fueron los vecinos los que padecieron el desmedido operativo de la mañana del jueves y quienes sostuvieron a los trabajadores durante  los 15 días de permanencia dentro del Restó, desde la fuga de los dueños del lugar. “La gente nos daba plata, alimentos y hasta discutía con los efectivos que estaban en la puerta. Estuvimos 15 días gracias a los vecinos”, reconoció Juan.

La historia había comenzado una semana antes del cierre. El socio gerente Pablo Heras y el representante legal de los dueños “5 Hispanos” anunciaron que iban a cerrar el local el 31 de julio con una indemnización menor al 50% de lo que les correspondía a los trabajadores, sin saldar las deudas de sueldos atrasados. Los empleados se negaron y se pusieron en contacto con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) para conformar una cooperativa y poder preservar las fuentes laborales. La patronal confirmó sus dichos y el 31 de julio cerró el local. “El día que se fueron, entramos con la llave de un encargado y todas las herramientas de trabajo las habían puesto en un depósito. A la tarde empezó a caer gente que había sido avisada de un remate gastronómico”, contó uno de los 14 perjudicados.

“Este jueves hay otra reunión de conciliación en el Ministerio de Trabajo. Pero la verdad que no se puede confiar en nadie. No sabemos si el local les pertenece, si quieren pagar o sólo prometieron algo de plata para que nos vayamos. Ahora estamos afuera y lo que queremos es lo que nos corresponde”, manifestó Juan Pablo, un cocinero que hace más de 20 años se desempeña en el gremio y ahora lucha por su puesto de trabajo.